Firma histórica del fin del conflicto entre gobierno colombiano y FARC
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El principio del fin de la guerra. Así se ha descrito la firma, este jueves en La Habana, del punto tres de la agenda de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC.
Probablemente se trate del punto más complejo de todos los que se han firmado hasta ahora: el cese al fuego bilateral y definitivo y la dejación de las armas por parte de la guerrilla.
Una hoja de ruta clara para el fin de un conflicto de seis décadas, en un país que lleva treinta años intentando resolver sus diferencias con las FARC, como ya lo hizo en 1990 con otro grupo armado, el M19.
Una paz irreversible que sin embargo no cuenta con el respaldo de toda la sociedad colombiana. El expresidente Álvaro Uribe ha reaccionado a la firma del fin del conflicto diciendo que “la palabra paz queda herida”. Una de las principales críticas tiene que ver con el postconflicto.
Parte importante del acuerdo se refiere al desarme: los guerrilleros cambiarán las armas por la política. Será Naciones Unidas quien recibirá las armas de los desmovilizados.
Otro de los aspectos más importantes del acuerdo de este jueves es que las FARC aceptan el plebiscito que pretende realizar Juan Manuel Santos, para que finalmente sea el pueblo colombiano quien diga si acepta o no los acuerdos de paz logrados en tres años de negociación en La Habana.
De perder el plebiscito las FARC han dicho que volverán a la guerra, algo impensable para un país que en este conflicto ya ha perdido demasiado: 260 mil muertos, 45 mil desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.
Entrevistados: Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación en Colombia, Antonio Navarro Wolff, senador y exnúmero 2 del M19, Ernesto Macías, senador por el Centro Democrático, y Gustavo Moncayo, padre de un cabo secuestrado por las FARC.
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