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COSTA DE MARFIL

Matanzas intercomunitarias con la batalla de Abiyán como telón de fondo

El humo de los bombardeos emana desde el centro de Abiyán
El humo de los bombardeos emana desde el centro de Abiyán REUTERS/Luc Gnago
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Lejos de ceder a la presión de las fuerzas del presidente electo, Alassane Ouattara, Gbagbo habría abandonado su residencia y se encontraría en el palacio presidencial, sede del poder situada en el barrio de Plateau, en pleno centro de Abiyán. Uno de sus portavoces repitió que "no abdicará".
En el barrio de Plateau, las ráfagas de Kalashnikov y los disparos de armas pesadas se sucedían a fuerte ritmo.
"No creo que Laurent Gbagbo sea capaz de resistir más tiempo, con todas las
deserciones en sus filas. Tiene un instinto suicida, está en un callejón sin salida, condenado a ser echado", declaró Anne Ouloto, portavoz de Ouattara, presidente electo y reconocido por la comunidad internacional.
Aunque el final de su poder parecía cercano, un portavoz de Gbagbo, Toussaint Alain, fue categórico cuando dijo: "el presidente Laurent Gbagbo no tiene la intención de abdicar o de rendirse a ningún rebelde".
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió este viernes al presidente saliente, que ceda el poder a su adversario, y llamó a la moderación a ambas partes.
"Llamo de nuevo a todas las partes, y repito, a todas las partes, a la moderación", añadió Ban Ki-moon, refiriéndose a las fuerzas leales a Laurent Gbagbo y a las Fuerzas Republicanas de Ouattara, que controlaban el norte del país desde 2002 y el lunes lanzaron una ofensiva fulminante hacia el sur.
Estados Unidos instó el viernes a la ONU y a Francia a tomar medidas para "proteger a los civiles e impedir los saqueos" en Costa de Marfil.
El lunes, las Fuerzas Republicanas, que controlaban el norte del país desde 2002, emprendieron una vasta ofensiva hacia el sur, para poner fin a la crisis surgida de la elección presidencial del 28 de noviembre. Ouattara ganó la elección, pero Laurent Gbagbo se negó a dejar el poder. La crisis se ha saldado según la ONU con cerca de 500 muertos, en su mayoría civiles.
En este contexto, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) anunció que "al menos 800 personas" murieron el martes 29 de marzo en actos de violencia intercomunitaria en la localidad de Duekoue (oeste).
"Este acontecimiento es particularmente chocante por su amplitud y brutalidad", señaló por lado la jefa de la delegación del CICR en Costa de Marfil, Dominica Liengme.
 

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