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Enfoque Internacional

Triunfo anunciado del exguerrillero Kagame en la presidencial de Ruanda

Primera modificación:

El presidente Kagame, que dirige Ruanda con mano de hierro desde 2000 se encamina a un tercer mandato. Kagame, apoyado por una población traumada por el genocidio, hizo de su país la “Suiza de África”.

Seguidores del presidente Paul Kagame el 2 de agosto 2017 en Kigali.
Seguidores del presidente Paul Kagame el 2 de agosto 2017 en Kigali. MARCO LONGARI / AFP
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Según las evaluaciones de instituciones internacionales, Ruanda es un islote de prosperidad en África. En 1994, el país se desangraba tras el genocidio que causó más de 1 millón de muertos, según cifras del gobierno ruandés. Pero desde el fin de la guerra, el país duplicó su producto interno bruto, la tasa de pobreza bajó un 25% y el país está por cumplir los objetivos de acceso a la educación primaria según cifras del Banco Mundial.

Con su dinamismo económico, su estabilidad política y su altísima participación de las mujeres en la política, Ruanda se ha ganado el apodo de ‘Suiza de África’.

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Esta prosperidad es el resultado de la política económica del partido hegemónico en Ruanda desde el fin de la guerra hace dos décadas: el Frente Patriótico Ruandés, el FPR, liderado por el ex guerrillero y ahora presidente Paul Kagame, y que se postula para un tercer mandato.

Ese partido dirige el 'País de las mil colinas' con mano dura. Varias ONG como la Federación internacional de los derechos humanos (FIDH) o Amnistía internacional, han documentado y denunciado (ver informe de julio de 2017 aquí), las desapariciones, los asesinatos y el acoso a las voces críticas, sean políticos, miembros de ONG o periodistas independientes.

“Son innumerables los casos de gente que ha desaparecido, que les han impedido presentarse en las elecciones por razones tontas”, denuncia Elena Torreguitar, especialista de África en Amnesty internacional España.

El pretexto de la lucha contra el genocidio

En la elección del 4 de agosto, solo dos candidatos de oposición vieron su candidatura validada por la autoridad electoral: Frank Habineza, disidente del FPR y presidente del Partido democrático Verde cuyo vicepresidente fue encontrado degollado en 2010, y Philippe Mpayimana, candidato independiente desconocido del público.

Una calle de Kigali, la capital de Ruanda, 2017.
Una calle de Kigali, la capital de Ruanda, 2017. MARCO LONGARI / AFP

La presencia de estos dos candidatos es “una concesión del gobierno para dar un viso de democracia abierta”, observa Elena Torreguitar que considera que “la democracia en Ruanda está en manos del gobierno”.

Entre la población y el Frente Patriótico Ruandés parece haber un pacto tácito. El partido ha ganado las elecciones desde 1994 con la garantía de la paz y de la prosperidad. Y en efecto el país goza de una estabilidad política desde el fin de la guerra.

Pero el gobierno ha hecho de la lucha contra la ideología genocida un argumento para reprimir cualquier tipo de oposición política. “El genocidio de 1994 quedó grabado en el alma y en las cabezas de los ruandeses como lo hubiera pasado a cualquier país del mundo, pero el gobierno manipula el temor de la gente”, explica Elena Torreguitar de Amnesty Internacional.

Prosperidad y autoritarismo

En materia económica, la comunidad internacional  y las instituciones financieras como el Banco mundial y el Fondo monetario internacional elogian al gobierno ruandés por su dinamismo económico, es una referencia en África.

Desde Amnesty, Elena Torreguitar reconoce que “se ha hecho enormes esfuerzos no solo para salir de aquella crisis brutal sino además para un crecimiento sostenido desde hace muchos años pero eso no quita la otra cara de la moneda: ‘yo te doy crecimiento económico,  pero tú me das tu libertad individual’ ".

Además de sus métodos autoritarios, los observadres critican la diferencia de recursos entre formaciones políticas.

El partido en el poder está vinculado a un próspero fondo de inversión llamado Crystal, presente en todos los sectores económicos del país y que financiaría en parte sus campanas políticas. Una acusación que rechazó en la antena de RFI Wellars Gasamagera, portavoz del partido FPR: "Todos los partidos políticos en Ruanda tienen el derecho de autofinanciarse, de reunir fondos a través de actividades comerciales o de inversión. El FPR elige deliberadamente invertir en el país”, dijo.

“Pero nuestro partido ha organizado esta campaña casi exclusivamente con las contribuciones de sus miembros sin recurrir a los fondos de sus empresas”, agregó el responsable del FPR.

La victoria del presidente saliente Paul Kagame aseguraría a su partido la posibilidad de continuar con su política de desarrollo económico que consiguió gracias a su hegemonía en la vida política de este pequeño país de 12 millones de habitantes.

Entrevistas:

-Elena Torreguitar, portavoz de la sección 'África' de Amnesty internacional España.

-Wellars Gasamagera, portavoz del Frente Patriótico Ruandés (FPR), partido del presidente Paul Kagame, entrevistado por Florence Morice de Radio Francia Internacional.

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