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Carrusel de las Artes

El Cannes del cine africano cumple 50 años con mensajes antiguerra y #Metoo

Primera modificación:

Una película antimilitarista y la temática de los derechos de las mujeres se impusieron en la última edición del FESPACO, el festival de cine africano que entregó sus premios el domingo 3 de marzo en Burkina Faso. Tras medio siglo de existencia se ha convertido en la cita ineludible del séptimo arte en el continente y apuesta a trascender sus fronteras.  

FESPACO celebra su 50° aniversario.
FESPACO celebra su 50° aniversario. Facebook
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La euforia estalló en el Palacio de Deportes de Ouagadogou cuando el máximo galardón del festival de cine FESPACO recayó en “La piedad de la jungla” (The Mercy of the Jungle), del director ruandés Joel Karekezi. Un realizador muy joven, de solo 33 años, para este 50 aniversario del festival de cine más longevo del continente africano.

El Festival Panafricano de cine y televisión de Ouagadougou, que se celebra cada dos años en la capital de Burkina Faso, es la cita ineludible del séptimo arte en África. La pequeña ciudad de calor seco y calles arenosas, se inunda de leyendas y caras conocidas, que se mezclan amablemente con las nuevas generaciones de cineastas.

Para Hawa Essuman, directora de cine keniana y quien presentó su documental Silas, “FESPACO es un sueño en el que aspiraba a que mi película se pudiera presentar.” Como ella, son muchos los que navegan por primera vez por este festival atípico, más definido por las brochetas callejeras que por las alfombras rojas. Los debates sobre la industria se desarrollan en los restaurantes locales, sin previo aviso, más que en los cines, donde más de 150 proyecciones se siguen sin pausa.

El realizador maliense Soulaymane Cissé es uno de los que ya hace tiempo forma parte de la historia. Tiene en su colección dos Corceles de oro (el galardón principal), que ganó en los años 70 y 80 y ahora, erigido como leyenda, se entrega a los jóvenes directores, para que puedan aprovechar su talento en un contexto complicado. “Todo lo que se ha hecho y todo lo que queda por hacer, hoy está reunido aquí. El pasado, el presente y el futuro: esto es para mí el 50 aniversario de FESPACO”, dice Cissé y agrega que “los cineastas africanos decidieron crear un espacio para internacionalizar su cine desde Ouagadougou, donde se reúne todo el continente. Esa es la fuerza de este festival. Y si las películas africanas logran ser reconocidas internacionalmente, es porque ha sido un combate político y ganado. Hace 40 años no era así.”

Pero algunos de los grandes retos de este festival siguen pendientes. Uno de ellos, el abuso a las mujeres en la industria del cine, ha salido bruscamente a la luz con la denuncia pública de dos actrices, que han roto el silencio durante esta edición de FESPACO.  En la línea del #metoo, se ha creado una nueva plataforma bajo el hashtag #memepaspeur, es decir, no tenemos miedo.

La otra asignatura pendiente es la verdadera independencia, política y artística. Para Cisse “aún estamos en un sistema neocolonial. Estamos en el camino de ser independientes, pero aún no lo somos. Y el cine es una máquina que permite decirse mentalmente que seremos independiente, al menos mañana. Esa es la esperanza.”

Entre sonrisas y reflexión, entre negocios y creación, FESPACO celebra su aniversario con orgullo, convirtiendo Ouagadougou en el mejor escenario para vivir el cine africano.

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