Wikileaks: EEUU consintió el uso sistemático de torturas
El sitio web divulgó unos 400.000 archivos clasificados estadounidenses. Se trata de un relato pormenorizado de tormentos del Ejército iraquí consentidos por el Pentágono, de los atentados suicidas y de la implicación de Irán en el conflicto. Para el ministerio iraquí de Derechos Humanos, las filtraciones “no contienen sorpresas”. Wikileaks anuncia más revelaciones, esta vez sobre Afganistán.
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El sitio web Wikileaks cumplió con la promesa que tenía en vilo al Pentágono y difundió el viernes 391.832 informes secretos producidos por las fuerzas armadas norteamericanas en Irak entre 2003 y 2009.
Los documentos, a los que tuvieron acceso en un primer momento sólo los diarios The New York Times, The Guardian, Le Monde, Der Spiegel, el canal Al Jazeera y la web The Bureau of Investigative Journalism, cifran por primera vez los muertos desde la invasión estadounidense: 109.000 muertos, de los cuales un 63% eran civiles.
Los archivos ponen además de manifiesto que las muertes fueron perpetradas en su gran mayoría por otros iraquíes por motivos sectarios, siendo 2006 el año más sangriento. Sin embargo, los documentos mencionan también muchos episodios hasta ahora desconocidos en que soldados estadounidenses mataron civiles desde puestos de control o helicópteros.
Las notas confidenciales, redactadas con un estilo telegráfico y salpicados de acrónimos y de huecos para reservar la identidad de las personas implicadas, apuntan además a que militares y policías iraquíes ejecutaron y aplicaron sistemáticamente la tortura a cientos de detenidos con el conocimiento de Estados Unidos, que prefirió en muchas oportunidades cubrir los hechos.
En los archivos, que no fueron creados para llegar al público, aparece el papel desempeñado por Irán, y en particular por los Guardianes de la Revolución, como presunto proveedor de armas a la insurgencia chiíta, sobre todo de cohetes y bombas magnéticas que se adhieren al parte inferior de los automóviles antes de estallar.
Ante las revelaciones de Wikileaks, la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton condenó "en los términos más claros" las filtraciones de todo documento que ponga en peligro la vida de estadounidenses, o de sus aliados.
“"Nuestro temor es que ponga a nuestras tropas en un peligro mayor al que están expuestos de forma inherente en el campo de batalla. Expone nuestras tácticas, técnicas y procedimientos, cómo operamos en el campo de batalla, cómo respondemos a un ataque, nuestras capacidades y nuestro equipamiento, cómo conseguimos nuestras fuentes y cómo trabajamos con los iraquíes", dijo por su parte el secretario de prensa del Pentágono, Geoff Morrell, a la cadena CNN.
Mientras tanto, el ministerio de Derechos Humanos iraquí afirmó este sábado que los documentos difundidos "no contenían sorpresas".
"Los documentos no han sido una sorpresa para nosotros, porque ya habíamos mencionado varios de los hechos citados (en estas filtraciones), incluido lo que pasó en la cárcel de Abu Ghraib, al igual que otros casos en los que están implicadas las fuerzas estadounidenses", sostuvo Kamel al Amin, portavoz del ministerio.
El sábado, la página de internet WikiLeaks anunció en Londres la próxima difusión de otros documentos sobre Afganistán.
La ONU insta a EEUU a que investigue las torturas en Irak
Los casi 400.000 documentos que detallan muertes y torturas consentidas por el ejército de EEUU han tenido más trascendencia fuera de EEUU que dentro. Pero la ONU ya ha advertido al Gobierno de Barack Obama que no puede hacer oídos sordos a la información que Wikileaks revela. El relator especial de la ONU contra la tortura, Manfred Nowak, ha sido el encargado de realizar el llamamiento para que Estados Unidos investigue si sus autoridades tenían conocimiento de los abusos y torturas a prisioneros por parte de la fuerza de seguridad iraquí.
"Existe la obligación de investigar siempre que existan acusaciones creíbles de torturas llevadas a cabo, y estas denuncias son más que creíbles, por lo que ahora es el turno de los tribunales", declaró a la BBC.
"Son entonces los tribunales los que por un lado pueden llevar a los autores a la justicia y por otro lado proveer a las víctimas con la indemnización adecuada por el daño que han sufrido", ha añadido Nowak.
Las únicas manifestaciones al respecto de la Administración norteamericana ha consistido en censurar a Wikileaks y a su fundador, Julian Assange, pero no se han referido a los datos que revelan sus informaciones. Sí lo ha hecho, sin embargo, el Gobierno de Reino Unido, país que acompañó activamente a EEUU en la invasión.
"No hay lugar para los maltratos de detenidos", declaró este lunes el portavoz del primer ministro británico David Cameron. "Claramente nuestra posición es que no hay lugar para los maltratos de detenidos e investigamos habitualmente cualquier acusación en contra de nuestras tropas", declaró el portavoz a los periodistas.
El domingo, el viceprimer ministro británico, Nick Clegg, ya había calificado de "extraordinariamente serias" las revelaciones de Wikileaks. "Su lectura es inquietante y son muy graves. Supongo que la administración estadounidense querrá dar su propia respuesta. No nos corresponde decirles cómo hacerlo", dijo también a la BBC.
Mientras, el responsable de Wikileaks, Julian Assange, sigue soportando las presiones para que deje de publicar informaciones secretas. Amenazas de denunciarle por espionaje, acusaciones de acoso sexual… todo un círculo de problemas ha aparecido en torno a él justo cuando comenzó a publicar estos documentos.
Ayer, en una entrevista a la CNN fue cuestionado sobre estas cuestiones, y Assange estalló y se levantó en mitad de la entrevista., alegando que la periodista se hacía eco de una campaña de "trucos sucios" para desacreditarle. “Esto es muy desagradable”, dijo. “Me voy a marchar si sigues contaminándonos y atacándome", avisó a la periodista. Y se fue.
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