En la séptima edición del Rally Dakar, a menos de 48 horas de la salida, se hacen los últimos ajustes técnicos en la base de Tecnópolis, Buenos Aires. El evento, que concluye el 17 de enero, ha conquistado al público argentino, encantado de descubrir a los pilotos maniobrando en medio de paisajes extremos.
Esta vez, el podio se emplazará frente al palacio presidencial, circunstancia que entusiasma a Etienne Lavigne, organizador del Dakar.
La presencia de los pilotos y técnicos argentinos es muy importante, al punto de que Argentina ocupa el tercer lugar, a nivel de participación. En el primero se sitúa Francia y en el segundo, Holanda.
Este año, los nueve mil kilómetros de recorrido en Argentina, Chile y Bolivia prometen numerosos desafíos a los competidores.
El trazado siempre es diferente e incluye todos los medios geográficos de la región: el desierto en Chile, los paisajes secos y hostiles del noroeste de Argentina, el salar de Uyuni en Bolivia. A las dificultades de estos lugares difíciles se suma la altitud, que llega en esta entrega del Dakar a 3.600 m.
Uno de los favoritos de la competencia es el argentino Orlando "Orly" Terranova. Y por supuesto el francés Stéphane Peterhansel, que ha batido el récord de victorias en el Dakar.
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