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Guatemala

El incierto mandato que inicia Jimmy Morales

Electo contra todos los pronósticos, el comediante Jimmy Morales asumió la presidencia de Guatemala este jueves. Su desafío será ahora cumplir sus promesas de lucha anticorrupción y superación de la pobreza con un capital político adverso, ya que cuenta con sólo 11 diputados en el Congreso Nacional.

Jimmy Morales en su primer discurso como presidente de Guatemala.
Jimmy Morales en su primer discurso como presidente de Guatemala. Reuters
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Fueron los casos de corrupción los que empujaron a Jimmy Morales al sillón presidencial de Guatemala. Hasta antes de que se hiciera público un nexo entre el anterior gobierno de Otto Pérez Molina y un caso de fraude al sistema de aduanas locales, Morales figuraba como cuarto en las intenciones de voto de los guatemaltecos de cara a las presidenciales. El escándalo y la posterior indignación de la calle revirtieron los papeles y el comediante terminó por convertirse en presidente.

"El electorado guatemalteco sigue aplicando un voto de castigo a la clase política tradicional. Encontró en el candidato, ahora presidente electo Jimmy Morales, la mejor representación de lo que es un antipolítico", decía a RFI Edgar Gutiérrez, analista político y exministro de Relaciones Exteriores de Guatemala durante la administración de Alfonso Portillo, días después de la elección presidencial.

Con la banda presidencial

Morales asumió este jueves el cargo en una ceremonia a la que asistieron varios mandatarios centroamericanos, además del vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Y en su discurso de asunción, Morales prometió dar la pelea a la corrupción: “no tolerar la corrupción ni el robo, eso es algo que podemos cumplir y lo vamos a hacer desde el primer día”. Además, el nuevo mandatario dijo que será drástico y severo con los que pretendan robar dinero público.

Entre sus objetivos está también combatir la desnutrición crónica, una lucha compleja si se tiene en consideración que más de la mitad de la población guatemalteca vive bajo el piso de la pobreza. Todo bajo un escenario de violencia que el año pasado dejó un saldo de seis mil muertes.

Pero a Morales le esperan muchas dificultades. Primero porque recibe un país endeudado, que terminó 2014 con una deuda de 10.729 euros, cifra que podría haber aumentado el año pasado. A eso se suma su poca experiencia en la escena política y una red de apoyo poco extendida. De hecho el partido que lo postuló a la presidencia, FC Nación, sólo cuenta con 11 de los 158 diputados que integran la cámara.

La imagen de Morales también se ha fragilizado por las acusaciones que pesan sobre algunos de sus colaboradores más cercanos. Ese es el caso del coronel Edgar Ovalle, hombre fuerte de su partido, acusado de delitos de lesa humanidad durante la guerra civil guatemalteca. Interrogado sobre este tema, Jimmy Morales decía a RFI poco después de su triunfo electoral: “mi partido no tiene lazos con ninguna estructura militar. Eso ha sido parte de un discurso de detractores políticos que por fuerza me han querido vincular con esas estructuras pero yo les invito a que ustedes vengan y hagan las investigaciones por sus propias cuentas, de lo contrario, yo les pediría y les rogaría que no tomen eso como un hecho, porque esa fue una de las mentiras utilizadas por nuestros opositores políticos”.

 

 

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