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Brasil/ marchas pro Dilma y Lula

"¡No al golpe!" Apoyo multitudinario a Dilma y Lula

267.000 personas según la policía. 1,2 millones según los organizadores. Multitudes apoyaron en las calles de 55 ciudades de Brasil al gobierno de Dilma Rousseff. Ovacionado, el expresidente Lula da Silva denunció a quienes "tratan de anticipar elecciones dando un golpe contra Dilma". 

Manifestantas apoyan a la presidenta  Dilma Rousseff frente al palacio de Gobierno en Brasilia
Manifestantas apoyan a la presidenta Dilma Rousseff frente al palacio de Gobierno en Brasilia Andressa Anholete / AFP
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Escuche el informe del Corresponsal de RFI, Francho Barón

"¡No al golpe!" gritaban este viernes cientos de miles de manifestantes, en referencia al proceso de destitución de Rousseff que está siendo debatido en la Cámara de Diputados. "En defensa de la democracia, de los derechos de la clase trabajadora y contra el golpe", rezaba la consigna general de las movilizaciones convocadas por el gobernante Partido de los Trabajadores (PT), la Central Única de Trabajadores (CUT) y diversas organizaciones sociales. Este llamado oficialista pone a prueba la movilización de sus bases cinco días después de una protesta opositora que sacó a tres millones de personas a la calle.

Se trata, sin duda, de una señal de fuera de la izquierda brasileña ante la embestida política y judicial contra la presidenta Dilma Rousseff. De ahí, la importancia de la presencia del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva quien, nuevamente vestido de líder obrero, denunció en una manifestación en Sao Paulo el intento de "golpe" contra su sucesora Dilma Rousseff, amenazada por la derecha opositora de un juicio de destitución o “impeachment”.

"Tenemos que decirles que quienes estamos en esta plaza hemos luchado para derrocar al régimen militar, para conquistar la democracia y que no vamos a aceptar que haya un golpe", proclamó el ícono de la izquierda latinoamericana frente a una multitud que lo ovacionaba.

El retorno de Lula

La crisis política por la que atraviesa el oficialismo se aceleró esta semana tras la designación de Lula como jefe de gabinete de Rousseff. .

La "operación retorno" de Lula estuvo a punto de naufragar ante las sospechas de que el exmandatario pretendía, al asumir un cargo ministerial, obtener fueros especiales que lo libraran de las investigaciones del juez anticorrupción Sergio Moro sobre el escándalo Petrobras.

La divulgación de una conversación telefónica pinchada entre Lula y Rousseff avivó esa sospecha y provocó nuevas protestas, principalmente en Sao Paulo y Brasilia.
Rousseff rechazó esa versiones y criticó la divulgación de la conversación por el juez Moro, contra quien tomará "las medidas que correspondan", proclamó en un acto en el estado de Bahia (nordeste).

El gobierno se anotó una breve victoria este viernes, cuando un tribunal anuló la segunda medida cautelar que bloqueaba la toma de funciones de Lula como jefe del gabinete, aunque una tercera cautelar volvió a dejar rápidamente las cosas en el punto de partida.

"Le dije a Dilma: no te voy a exigir mucho, sólo quiero que sonrías, déjanos a nosotros con el mal humor", afirmó Lula quien que tiene previsto comenzar a despachar el martes próximo "si no hay ningún impedimento" jurídico.

(AFP)

 

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