En Brasil continúa la grave crisis política que ha puesto a Dilma Rousseff contra las cuerdas y al expresidente Lula da Silva en tela de juicio.
Lula afronta serios obstáculos para desbloquear su entrada al gobierno como jefe de gabinete, tras la decisión del Supremo Tribunal Federal. En el caso de Dilma Rousseff, su futuro depende en buena medida de sus aliados políticos del partido centrista PMDB.
Por su parte el expresidente busca movilizar a los sindicatos contra lo que calificó de tentativa de golpe de Estado frente a centenas de sindicalistas, fieles al Partido de los Trabajadores.
Pero el cielo no parece despejarse, el gigante de la Construcción y Obras Públicas Odebrecht anunció su disposición a colaborar abiertamente con las investigaciones a cambio, se estima, de futuras reducciones de penas.
Lula da Silva y Rousseff consiguieron algunos puntos después de que un alto magistrado denunciara la divulgación de conversaciones telefónicas entre ambos, estimando que violaba los derechos constitucionales de la presidenta de la República.
En todo caso la postura que asuman sus aliados del centrista PMDB el martes próximo serán un buen indicador del futuro político de Dilma Rousseff.
Entrevistados: Alfredo Valladao, profesor de Ciencias Políticas en París, y Mario de Freitas, comentarista brasileño.
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