RFI en el pueblo pesquero de Chamanga, seis meses después del terremoto
Hace seis meses, el 16 de abril, un poderoso terremoto de 7,8 en la escala de Richter provocaba muerte y destrucción en las provincias costeras ecuatorianas de Manabi y Esmeraldas. Con la muerte de más de 670 personas y daños materiales estimados a más de 3 millardos de dólares, la catástrofe ha impactado duramente la economía ecuatoriana.
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Por Eric Samson, enviado especial de RFI a Chamanga
A seis meses del sismo, la población sigue peleando para recuperarse. En la ciudad pesquera de San José de Chamanga, María Ortiz todavía no regresa a su trabajo de conchera en el mangle por miedo a tsunamis. Vive en una carpa de fortuna al lado del campamento oficial.
“Nosotros, como familia, desde un principio decidimos que no [iríamos al campamento oficial]. Siempre tenemos que controlar la alimentación de mi mami por el colesterol, es hipertensa. Aquí podemos salir a la hora que queramos a buscar cualquier medicamento y no tenemos impedimentos”, explica.
Al borde de la bahía, otros han decidido quedarse en la zona roja, a pesar de la prohibición del gobierno de reconstruir. Es el caso de Carla Pata, hija de un pescador, quien optó por desoír la consigna de partir.
“Sí, eso decían. Pero somos pescadores y no hay como ir por allá arriba a vivir porque ¿con qué nos vamos a mantener? Y además Es difícil porque aquí se roban los instrumentos de pesca”, justifica.
A su lado, Freddy Bonila no ha perdido su casa pero su piscina camaronera está dañada. “Acá no ha venido nadie. Todos mis compañeros están así. Algunos han perdido más que yo, están sin producir. Tienen la piscina vacía y no hay dinero para arreglarlas. Y si uno le pide al banco le piden una serie de requisitos, cosas que no tenemos”, se lamenta.
Por el momento, Freddy y su esposa van a tratar de quedarse pero, si la ayuda no llega, regresarán a España.
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