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Cuba

Historia de una primicia: la primera entrevista a Fidel Castro en Sierra Maestra

‘Guerrita’, el guía que permitió al periodista Herbert Matthews llevar a cabo su célebre entrevista con el líder de la revolución cubana, cuenta cómo consiguió pasar a través de las tropas del régimen de Batista.

Felipe Guerra Matos, alias Guerrita.
Felipe Guerra Matos, alias Guerrita. Fuente: Julio Batista/RFI.
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Por Julio Batista, desde la Habana para RFI

La historia más conocida es simple: hace 60 años, el domingo 17 de febrero de 1957, el periodista estadounidense Herbert Matthews entrevistó por primera vez a Fidel Castro en la Sierra Maestra. La entrevista dio la vuelta al mundo en la portada del New York Times, mostrando a Castro con un gorra y fusil de francotirador al hombro.

Pero tras esa imagen hay mucho más para contar. Seis décadas después del encuentro, uno de sus protagonistas aún recuerda cómo Matthews llegó a las lomas de Oriente. Para ser exactos, Felipe Guerra Matos recuerda, perfectamente, cómo guió a Matthews hasta aquella famosa entrevista.

Cuando Felipe Guerra Matos  Guerrita  recogió al periodista Herbert Matthews en horas de la noche del sábado 16 de febrero de 1957 en la ciudad de Manzanillo, el editorialista del New York Times apenas había descansado desde su llegada a Cuba el día anterior. Guerrita había sido seleccionado para ser el último enlace en el camino de Matthews hacia la Sierra Maestra y, unas horas después, cumplía con su trabajo. A las 7:30 a.m. del 17 de febrero, Matthews, sentado bajo un improvisado cobertizo, conversaba con el entonces líder rebelde Fidel Castro Ruz.

Herbert Lionel Matthews, de 57 años, convertía de esa manera en el primer periodista en llegar a un campamento rebelde tras el inicio de la lucha en las montañas cubanas.
Las negociaciones para concertar la entrevista se realizaron desde La Habana. En Cuba la dictadura militar del Fulgencio Batista aseguraba que el Movimiento 26 de Julio y su líder habían sido aplastada en las montañas, y la censura de prensa decretada solo podía ser burlada por un importante diario extranjero. Bajo esas condiciones los revolucionarios se decidieron por el New York Times. Pero la señora Ruby Hart Phillips corría el riesgo de la represión por su situación de corresponsal permanente en el país. Entonces ella misma telefoneó a Matthews.

Tras recibir la llamada Matthews voló inmediatamente a la isla. El 15 de febrero aterrizó en la capital cubana junto a su esposa y, en menos de 72 horas, viajó por carretera hasta la ciudad de Manzanillo en el Oriente cubano, burló el cerco impuesto por el ejército de Fulgencio Batista, subió hasta la finca de Epifanio Díaz en la falda de la Sierra Maestra, se entrevistó con Fidel Castro, regresó a Manzanillo, de allí viajó a Santiago de Cuba y luego a los Estados Unidos.

"Vivo y peleando duro"

Una semana más tarde, el 24 de febrero de 1957, se podía leer en la portada del New York Times: “Fidel Castro, el jefe de la juventud cubana, está vivo y peleando duro y exitosamente en los inhóspitos y casi impenetrables parajes de la Sierra Maestra, al extremo sur de la isla. (…) Esta es la primera noticia segura de que Fidel Castro está todavía vivo y todavía en Cuba. Nadie relacionado con el mundo exterior, y mucho menos con la prensa, ha visitado al señor Castro, excepto este periodista”.

A 60 años de aquellos hechos Guerrita recuerda los detalles con claridad: el trayecto recorrido, la patrulla de la Guardia Rural que los detuvo, los vericuetos de la Sierra Maestra, la caída de Mathews en el arroyo Tío Lucas y aquella entrevista a la cual guió al periodista estadounidense. También recuerda el momento en que vio el artículo publicado en Cuba por el Diario de la Marina y El Mundo, en ese momento supo que todo el riesgo había valido la pena.

A sus casi 90 años, cuando habla de la entrevista, a Guerrita se le nota satisfecho: La limpieza en la ejecución del plan, la manera en que burló las tropas del gobierno y la posterior repercusión de la entrevista en todo el mundo son su mayor premio. Aún hoy piensa que el encuentro fue "el palo periodístico del año”, un suceso que dio a conocer al mundo que Fidel y la guerrilla estaban vivos, y ridiculizó al gobierno de Batista. En ese suceso, y aunque su nombre jamás apareció luego en las páginas de los diarios que replicaron la noticia, Guerrita fue protagonista silencioso.
 

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