Trump fracasa en su intento de desmantelar el Obamacare
El Presidente Donald Trump sufrió su segunda gran derrota desde que llegó a la Casa Blanca. Trump renuncia a desmantelar el Obamacare, el sistema de salud creado por su antecesor. La falta de respaldo de los republicanos y su incapacidad para negociar explican su fracaso.
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Lo había anunciado como una de sus "mayores reformas" y ahora tiene que comerse su ira. Donald Trump retiró su proyecto de desmantelamiento del sistema de salud estadounidense, conocido como Obamacare, del nombre de su predecesor, ante la falta de apoyo en la Cámara de Representantes, no obstante que cuenta con una amplia mayoría de representantes republicanos. Tras conocerse la decisión de la Casa Blanca, el portavoz de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, declaró que el "Obamacare es la ley, y seguirá siendo ley mientras no sea remplazada". Los derechos de 24 millones de estadounidenses de acceder al sistema de salud han quedado por ahora a salvo.
Siendo candidato a la presidencia, Trump había hecho del sistema de salud aprobado por la administración Obama (2009-2017) uno de sus principales estandartes de lucha. El Obamacare es incosteable no dejó de repetir. Lógico era que como presidente el desmantelamiento del Obamacare fuera una de las primeras prioridades de su gobierno. Pero apenas han transcurrido 45 días de su presidencia (asumió su cargo el 20 de enero pasado) y ya encaja su segunda gran derrota (la primera fue su proyecto de visas contra personas originarias de siete países mayoritariamente musulmanes, bloqueado por la justicia federal).
La precipitación con que su administración ha conducido esta batalla, su ausencia de visión de lo que es una negociación y las divergencias al interior de su campo son las principales causas del fiasco. Trump pasó no poco tiempo en hablar directamente a no menos de 120 de los 237 representantes republicanos presentes en la Cámara de Representantes. Pero sus esfuerzos han sido en vano. Poco antes del debate una treintena de entre ellos rechazaban apoyar su proyecto de nueva ley. A eso habría que añadir los 193 representantes demócratas resueltos a bloquear la propuesta. La única salida que le ha quedado a Trump es retirar el texto, no sin decir que se sentía "desilusionado y un poco sorprendido". He aprendido "mucho a propósito de la lealtad", afirmó. El presidente republicano de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, fue más explícito y contundente. "No voy a edulcorar esto. Es un día decepcionante para nosotros. Hacer cosas grandes es difícil", señaló durante una conferencia de prensa.
Entre los opositores del campo republicano al proyecto de reforma destacan dos posiciones contradictorias. El abandono del Obamacare habría significado recortar las ayudas públicas a quienes no cuentan con un seguro de salud pagado por sus empleadores y por lo tanto deben financiarlo. Se estima que casi 25 millones de personas habrían tenido que salir del sistema de seguridad en la próxima década. Muchos republicanos moderados rechazaron esa idea. En el otro extremo están los miembros ultraconservadores del "Freedom Caucus" (Agrupamiento por la Libertad) que opinan que la reforma es una versión edulcorada del Obamacare, y que las modificaciones propuestas no habrían reducido los costos del programa sustancialmente.
Esta nueva derrota y las divisiones en el campo republicano seguro marcarán los próximos pasos de la presidencia Trump. Su nueva batalla, la reforma fiscal y la reducción de impuestos, se presenta bajo un cielo cargado de fuertes nubarrones.
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