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Noticias de América

Perú: juego de tronos entre Kuczynski y Fujimori

Primera modificación:

Kuczynski nombró a la vicepresidenta Mercedes Aráoz como premier y sacó del cargo a la ministra de Educación y al Premier, pedidos por la oposición, para calmar los ánimos. La primera semana de octubre se activará la sesión de voto de confianza. Si la bancada de oposición de Fuerza Popular, compuesta por 71 representantes de los 130, y liderada por Keiko Fujimori, vota en contra, el presidente tiene la potestad constitucional de disolver el Congreso y convocar a elecciones legislativas.

El presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski y la nueva presidenta del Consejo de Ministros Mercedes Aráoz durante la ceremonia de inauguración en Lima el 17 de septiembre de 2017.
El presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski y la nueva presidenta del Consejo de Ministros Mercedes Aráoz durante la ceremonia de inauguración en Lima el 17 de septiembre de 2017. REUTERS/Guadalupe Pardo
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Lo que parecía una tormenta huracanada en la política peruana, desatada tras la abrupta salida del ex premier Fernando Zavala por el retiro de la confianza del Congreso, parece calmarse y terminar en un simple chaparrón.

Cuando todos imaginaban que el presidente Pedro Pablo Kuczynski nombraría a un jefe de gabinete de confrontación para hacerle frente al partido opositor Fuerza Popular (que controla el hemiciclo), el mandatario puso en el cargo a Mercedes Araoz, congresista y segunda vicepresidenta del país. Movió a los titulares en Educación, Salud, Economía, Vivienda y en Justicia y mantuvo trece para calmar la tensión. Una jugada de enroque que parece contentar a todos.

Ahora la pelota estaría en la cancha del Parlamento (conformado por 130 congresistas), ampliamente controlado por los 71 representantes de Fuerza Popular. Su lideresa, Keiko Fujimori, hija del ex presidente Alberto Fujimori, condenado a 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad (durante su gobierno 1990-2000), deberá decidir el nuevo paso a seguir en la política peruana. Votar a favor o en contra del gabinete de Aráoz.

Si sus 71 congresistas niegan por segunda vez la confianza al gabinete, el presidente Pedro Pablo Kuczynski tendría la potestad constitucional de disolver el Congreso y llamar a elecciones legislativas. Una jugada que provocaría el estallido político de la bancada de Fuerza Popular. En diálogo con Radio Francia Internacional, el analista político, José Luis Vargas, estima que los cambios realizados por Pedro Pablo Kuczynski invitan a Fuerza Popular a otorgar el voto de confianza y pasar el trago amargo de las últimas semanas.

“Todo parece indicar que el Congreso le dará la confianza. La crisis ya estaría resulta. En el nuevo gabinete han rodado las cabezas de la ministra de Educación y la del Premier que estaban pedidas. Y eso contentaría a la oposición”, afirmó a RFI desde Perú.

Pero una acción contraria sería el inicio de un espiral de inestabilidad. Un voto contra el gabinete significaría un suicidio para la oposición. En un juego descontrolado, Fuerza Popular vería  diezmada su composición de contrapoder en unas elecciones legislativas inciertas. Y ese escenario sería extremo.

Quien pega primero, pega doble

La gota que derramó el vaso de esta crisis fue una posible censura a la saliente ministra de Educación, Marilú Martens, por una huelga magisterial. Fernando Zavala salió al frente la semana pasada con el gabinete el pleno para defender a Martens. Se presentó en el Congreso y pidió el voto de confianza al Congreso. Fuerza Popular se lo retiró y desató la tormenta.

Pedro Pablo Kuczynski había enviado a su gabinete en pleno para buscar esta posición de advertencia de disolución dentro un Parlamento adverso. Sus políticas han sido zarandeadas por Fuerza Popular censurando tres ministros en menos de dos años de gobierno y citando a los  diversos titulares de las carteras más de cien veinte veces al pleno.

En lenguaje popular, quien pega primero, pega doble. Y Pedro Pablo Kuczynski tiró el primer derechazo. Ahora Keiko está políticamente contra las cuerdas. Para el analista político Mirko Lauer indica que el fujimorismo pecó de soberbio.

“Esto dejó de ser una cuestión de fondo y se convirtió en una de modales. El pedido de censura a Marilú Martens no era la manera de sacarla, a sabiendas que Pedro Pablo Kuczynski estaba a punto de retirarla del cargo. En el choque de poderes, Fuerza Popular perdió”, dijo.

Pero, en el fondo, detrás de la relación tirante entre Kuczynski y Fuerza Popular, está en juego un indulto presidencial a Alberto Fujimori de 79 años. Según sus médicos, el expresidente padece hipertensión y taquicardias y su salud se agrava.

Sin embargo, paradojas del destino, Keiko Fujimori no estaría de acuerdo con la gracia presidencial a su padre porque significaría el fin de su vida política y de sus aspiraciones de llegar a la presidencia. Su progenitor eclipsaría su imagen, pues él es quien le transfirió el capital político.

Por su parte, entre las sombras del poder, su hermano, el congresista de Fuerza Popular, Kenji Fujimori, desea el indulto de su padre. Kenji Fujimori estaría dispuesto a quebrar la bancada de su hermana Keiko, llevándose a los congresistas fujimoristas en favor del indulto y transformándolos al servicio del oficialismo. Keiko perdería la mayoría y Kuczynski tendría la vía libre de la gobernabilidad. Una bala de plata que marcaría el fin de Keiko Fujimori.

“Pedro Pablo Kuczynski está guardando ésta arma. Sabe que es la única manera de contener a Keiko Fujimori. Si me pregunta, ¿lo hará? Yo digo: sí, pero no ahora. Más adelante”, dijo en una entrevista con RFI.

La tormenta de momento ha pasado. Dentro de algunos meses esta podría tornarse en un verdadero huracán sobre el Perú.

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