Boeing y Bombardier se declaran una guerra comercial
En plena discusión de renegociación del Tratado de libre comercio norteamericano TLCAN, Canadá arremetió contra la decisión de EEUU de imponer un arancel de 220% a los aviones CSeries de Bombardier, el constructor británico canadiense acusado por el estadounidense Boeing de obtener subsidios públicos y de vender a pérdida.
Primera modificación:
Estados Unidos y Canadá se han declarado una verdadera guerra por aire, una guerra comercial, después de que la Administración de Donald Trump, artífice del American First!, hubiera impuesto aranceles a la madera y a los productos lácteos de su vecino y aliado del norte, ahora le ha tocado el turno al sector aéreo.
La Agencia estadounidense de comercio internacional le acaba de aumentar un 220% el impuesto a la importación de los aviones construidos por empresas de Canadá.
La medida fue adoptada justo después de que el grupo canadiense Bombardier ganara una licitación para comercializar sus aviones de línea CSeries de una capacidad de 100 a 150 pasajeros en Estados Unidos. A su rival, el constructor estadounidense Boeing, se le encendieron todas las alarmas y tras perder el mercado acusó a los canadienses de competencia desleal por recibir subvenciones del estado canadiense y así vender aviones por debajo de su coste.
Canadá niega que Bombardier reciba subvenciones y ante la subida de los aranceles responde que va a dejar en papel mojado su encargo de aviones militares caza a Boeing.
Una guerra comercial que no hace más que empezar y que ya implica a terceros, la primera ministra británica, Theresa May ya se ha quejado y es que en Irlanda de norte, 4.200 personas trabajan fabricando piezas para Bombardier.
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