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Estados Unidos | Huracán Nate

El huracán Nate Nate degradado a tormenta tropical

Luego de dejar más de 31 muertos en América Central, el huracán Nate fue degradado a tormenta tropical al tocar tierra en Estados Unidos azotando el extremo sureste del estado de Mississippi.

Un músico camina en el barrio francés en Nueva Orleans mientras el huracán Nate se acerca a la costa del estado de Louisiana, EEUU, el 7 de octubre de 2017.
Un músico camina en el barrio francés en Nueva Orleans mientras el huracán Nate se acerca a la costa del estado de Louisiana, EEUU, el 7 de octubre de 2017. REUTERS/Jonathan Bachman
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Nate fue degradado a tormenta tropical en la mañana de este domingo mientras avanzaba tierra adentro por el sur de Estados Unidos, adonde había llegado como huracán tras dejar un rastro de muerte y destrucción en Centroamérica.

En la costa sur estadounidense, Nate hacía sentir su poder ocasionando inundaciones y masivos cortes de energía, que podrían extenderse hasta por una semana. Se trata del tercer ciclón en afectar la zona en los últimos dos meses, como parte de una temporada de huracanes especialmente activa.

Más de 100.000 personas se encontraban sin servicio eléctrico por los efectos de Nate, que antes de ser rebajado a tormenta tropical tocó dos veces tierra en el sur de Estados Unidos: primero en Luisiana en la noche del sábado y horas después en la costa de Mississippi.

Se prevé un "debilitamiento rápido" del fenómeno, dijo el Centro Nacional de Huracanes sobre Nate, que se movía a unos 37 km/h hacia el interior de los estados de Mississippi y Alabama.

"En la trayectoria pronosticada, el centro de Nate tocará tierra por segunda vez a lo largo de la costa de Mississippi esta noche. Luego de tocar tierra, se espera que el ojo de Nate pase por partes de Mississippi, Alabama y Tennessee más tarde en la noche y hacia la noche del domingo", agregó el NHC.

El centro alertó que "la combinación de una peligrosa tormenta y la marea causarán crecientes inundaciones en las áreas normalmente secas de la costa hacia zonas del interior".

Pero si se desplaza como previsto, hacia el norte, lo peor del huracán evitará Nueva Orleans, ciudad devastada por el poderoso huracán Katrina en 2005.

La oficina del alcalde levantó el toque de queda impuesto como medida precautoria, señalando que el alerta de huracán para la ciudad había quedado sin efecto.

El presidente Donald Trump, que autorizó recursos adicionales si el caso lo amerita, dijo que la agencia federal de gestión de emergencias FEMA está preparada para la tormenta, y había urgido a los residentes de Luisiana, Mississippi y Florida, a que "escuchen a las autoridades locales y cuídense".

El NHC estima que las inundaciones provocadas por el huracán puedan llegar hasta los 3,35 metros en algunas zonas y que podría haber hasta 26 centímetros de precipitaciones.

Habitantes de la ciudad habían llenado bolsas de arena para usarlas como barreras, mientras otros cumplieron las órdenes de evacuación y se marcharon con sus vehículos repletos.

"Viví el huracán Katrina y sé de qué se trata", comentó Jackie Daigre, de 69 años, que vive en Nueva Orleans hace 41 y ya sufrió tres huracanes.

Juanita Stoval, de 57 años, adquirió algunas conservas pero dijo contar con lo esencial: "tengo antorchas y una radio a pilas, tengo también velas y juegos", dijo.

En tanto, en México, donde no esperaban el impacto directo de la tormenta pero sí que dejara fuertes precipitaciones, las clases fueron suspendidas y se hicieron llamados a evitar actividades turísticas en el estado de Quintana Roo, donde está el popular balneario de Cancún.

En su paso por Centroamérica, Nate dejó una estela mortal: 16 personas fallecieron en Nicaragua, 10 en Costa Rica, tres en Honduras y dos en El Salvador.

En Costa Rica, más de 5.000 personas encontraron protección en refugios temporarios, mientras los cuerpos de socorristas buscaban a 30 personas desaparecidas.

Comunidades en Costa Rica y la vecina Nicaragua continuaban aisladas por la destrucción de puentes, inundación de carreteras, ríos desbordados y deslaves que arrasaron casas y caminos.

"Nos sacaron los bomberos porque estábamos ahogándonos", dijo a AFP Bonavide Velázquez, una mujer de 60 años que vivía a orillas de un río en el departamento sureño de Rivas, Nicaragua. "El río se llenó y se llevó la casa, los chanchos, las gallinas, se llevó todo".

 

Con AFP.

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