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Noticias de América

Chile: ‘Piñera va a buscar mejorar los programas de Bachelet’

Primera modificación:

El conservador Sebastián Piñera asumió este domingo la presidencia de Chile. Las reformas sociales impulsadas por Michelle Bachelet serán preservadas por un mandatario que se concentrará en el crecimiento económico, según los analistas consultados por RFI.

El presidente Sebastián Piñera presta juramento junto a la mandataria saliente Michele Bachelet, el 11 de marzo de 2018 en el Congreso en Valparaíso.
El presidente Sebastián Piñera presta juramento junto a la mandataria saliente Michele Bachelet, el 11 de marzo de 2018 en el Congreso en Valparaíso. Fuente: Reuters.
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Este domingo, Michelle Bachelet culminó su segundo mandato como presidenta de Chile y entregó el poder al conservador Sebastián Piñera. La ex mandataria deja un balance con claroscuros, marcado por ambiciosas reformas en salud, educación y derechos sociales, pero también un legado mancillado por el caso de corrupción que salpicó a su familia.

“Bachelet termina el gobierno habiendo hecho la gran mayoría de las cosas importantes que dijo que iba a hacer. Al principio de su campaña presidencial ella toma las demandas de los movimientos sociales de 2011 que se han manifestado durante todo el gobierno de Sebastián Piñera y los recoge y hace una campaña muy exitosa con ellos, que son en base a tres grandes reformas estructurales: una reforma tributaria, una educacional y la constitucional”, recalca Kenneth Bunker, politólogo y profesor de la Facultad de Gobierno.

“El primer año en que ella llega al poder hace dos de esas reformas: la tributaria y la educacional. Eso ya era un éxito. Pero al término del primer año de gobierno, en febrero del 2015, ocurre el caso Caval, que tiene que ver con la corrupción y donde están involucrados el hijo y la nuera de la presidenta. Después de ese caso, que golpea directamente al seno de la presidencia, Bachelet se ve imposibilitada de seguir haciendo grandes reformas”, agrega.

Más allá de las reformas puntuales, Bachelet parece haber movido las prioridades en la era democrática chilena.

“Lo más destacable es que Michelle Bachelet corrió los límites del debate social, político y económico de Chile, al incorporar desde una estrategia que había sido seguida desde el retorno de la democracia en el año 1990 de mucha responsabilidad fiscal y de sólo gastar lo que se tenía, a incorporar a Chile en la lógica de la sociedad del bienestar en el sentido de garantizar, aunque no se disponga de los recursos, de ciertos derechos”, estima por su parte el doctor en Ciencias Políticas Ricardo Israel.

“Desde el punto de vista valórico avanzar en temas que no habían logrado ser aprobados en Chile, como el aborto limitado a algunas causales, el matrimonio igualitario y similares. Entonces se corrió el cerco en cuanto a lo que se espera del Estado: derechos más que deberes y también en cuanto a la carga valórica que estaba muy cargada a definiciones religiosas en un país que es predominantemente católico”, subraya.

¿Y qué se puede esperar que haga Sebastián Piñera del legado de Michel Bachelet? “Sebastián Piñera llega con mucho mayor preparación a este segundo mandato, llega con más experiencia, conoce cómo funciona la presidencia, sabe lo que tiene que hacer, conoce los jugadores, sabe dónde aprieta el zapato. No se va a arriesgar con tratar de correr el cerco de vuelta hacia el otro lado, de retroceder, sacar la retroexcavadora y empezar a sacar los proyectos que hizo Bachelet, sino que simplemente se va a dedicar a generar un clima estable política y económicamente y a avanzar en la medida de lo posible. No creo que Piñera vaya a avanzar en una agenda de derecha per se, creo que va a avanzar en una agenda económica: en generar más empleo, en crear más crecimiento en el país, y en particular cuando se refiera a los programas de Bachelet, que son los programas estructurales, la misma Constitución es el caso más extremo, va a buscar mejorarlos”, asegura Bunker.

Justamente, la reforma constitucional, lanzada por Bachelet a seis días de dejar el gobierno, deberá ser tratada por un Congreso donde ni la ex mandataria ni su sucesor tienen mayoría. El tratamiento del proyecto servirá para medir en qué medida habrá una continuidad o ruptura en el legado de Michelle Bachelet.

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