En Nicaragua, el enojo y la indignación no cejan
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RFI estuvo en las calles de Managua, donde la población sigue reclamando justicia por los manifestantes violentamente reprimidos y la renuncia inmediata del presidente Daniel Ortega.
Un reportaje de nuestro enviado en Managua, Patrick John Buffe,
Hace ya más de un mes que Nicaragua está hundido en una crisis que provocó 76 muertos y cerca de 900 heridos por la represión de la policía. Se inició la semana pasada un diálogo nacional entre los estudiantes, la sociedad civil y los empresarios de un lado, y el gobierno de Daniel Ortega del otro, para encontrar una salida a esta crisis.
Si la situación se tranquilizó un poco estos últimos días, los nicaragüenses siguen muy indignados y enojados con el presidente Daniel Ortega.
Los nicaragüenses son cada día más numerosos en expresar su enojo. Lo que los lleva a salir siempre más a las calles para manifestarse en contra del gobierno.
"Estamos protestando porque nuestros jóvenes han sido asesinados y queremos
libertad", grita Raquel, una ex sandinista que desde hace ya mucho años dejó de creer en
Daniel Ortega. "Queremos poder pedir justicia sin que nos repriman".
Para muchos nicaragüenses, la única solución a esta grave crisis es la salida del presidente Ortega y de su mujer, la vicepresidente Rosario Murillo. Una salida que se convirtió rápidamente en la principal exigencia de los estudiantes. "También querermos democratización y justicia en Nicaragua" enfatiza Rodrigo Espinoza, el portavoz del movimiento estudiantil 19 de Abril. "Iremos escalonando nuestras medidas hasta que el presidente acepte su renuncia."
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Pero sin duda, lo que más conmovió, y a la vez indignó a la población fue la brutal represión de los manifestantes por parte de la policía y de los grupos paramilitares que mataron a más de 70 estudiantes y jóvenes.
La justicia se volvió otra de las exigencias de los oponentes a Daniel Ortega y de los familiares de las víctimas. Tania Ramírez cuenta como la policía hirió mortalmente a su hermano: "Le dispararon cuando él trató de huir hacia la casa. Luego lo patearon hasta que murió." Eduardo Sánchez perdió a su hijo el 21 de abril, "acribillado a balazos, tres en el abdomen y uno en el pecho".
En su afán de ver caer al régimen de Daniel Ortega, los manifestantes atacaron unos de sus elementos más simbólicos: los árboles de la vida, unas grandes estructuras metálicas que la primera dama hizo instalar en medio de las avenidas de Managua. Desde el inicio de la crisis, ya fueron tumbados 24 árboles. Seis de ellos tan solo el pasado fin de semana.
Así sigue el "despale" de "árboles de la vida", también conocido como Chayopalos, en las cercanías del Estadio Nacional de Beisbol Dennis Martinez de Managua. pic.twitter.com/FDh2HupptU
Wilih Narváez (@wilihgonzalez) 20 mai 2018
Nicaragua se encuentra hoy por hoy en una encrucijada por el pulso entre una mayoría de nicaragüenses que piden la renuncia de Daniel Ortega, y la terquedad de una pareja presidencial acorralada, que no quiere renunciar el poder.
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