Donald Trump: dos años de torpezas que culminan con Rusia
Cuando se creía que Trump no podía tocar más el fondo, en cuanto a la crisis de su imagen pública, tuvo lugar su encuentro con Vladimir Putin en Helsinki. ¿Qué consecuencias podría tener su torpeza diplomática?
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Con nuestro corresponsal en Washington, Xavier Vila, y agencias,
Trump rectifica a regañadientes y justifica en una inconcreción verbal haber antepuesto las conclusiones de Vladimir Putin a las de su inteligencia nacional, relativas a la presunta injerencia rusa en las elecciones estadounidenses.
Según Trump, donde dijo “no veo porque ha podido ser Rusia” debió haber añadido una palabra. "La frase debió ser: no veo por qué NO pudo ser Rusia. Como una doble negación", afirmó este martes en la Casa Blanca, tras su reunión con Putin en Helsinki. "Así que lo pueden escribir y creo que esto aclara bastantes cosas por sí mismas.
La excusa de Trump ha caído en saco roto entre legisladores como el senador por
Virginia, Mike Warner, el demócrata de más rango en el comité de inteligencia de la cámara alta. Éste declaró: "No acepto los comentarios del presidente de hoy. Si quizo realmente hacer esos comentarios debió tener la fuerza de hacerlos ante Vladimir Putin." Warner añadió que Trump no se pudo equivocar puesto que leía de un texto previamente preparado.
Este martes el presidente reiteró que aceptaba "la conclusión de nuestra comunidad de inteligencia de que la injerencia de Rusia en las elecciones de 2016 ocurrió", pero añadió sorpresivamente que "pudieron haber sido otras personas, también. Hay mucha gente por ahí".
Esto contradice de nuevo la conclusión de los servicios de inteligencia y revela, según la oposición, el fondo del problema: cómo el presidente antepone sus intereses personales a los del país.
¿Una crisis sin precedentes?
Este episodio trajo con él una inquietud inédita en Estados Unidos, tanto entre sus aliados republicanos y sus críticos tradicionales, en comparación a otros resbalones que marcaron su campaña y su presidencia, y cuando se creía que Trump atravesaba las peores crisis de su mandato.
Cabe recordar que durante el periodo previo a las elecciones estadounidenses, Donald Trump había indignado una parte de la opinión pública tras la difusión de un video en el que se jactaba con un lenguaje vulgar de agarrar a mujeres por sus genitales.
También hubo su reacción de indulgencia hacia la extrema derecha cuando, en agosto de 2017, en la ciudad de Charlottesville, en Virginia, un auto embistió a una multitud de contra-manifestantes que se oponían a una marcha de la derecha radical estadounidense, dejando a una mujer muerta. "Pienso que hay culpa de ambas partes", había dicho el presidente en un primer tiempo.
Su actuación con Putin podría haber exhibido los límites de su enfoque: las voces para respaldar a Trump son hoy extremadamente raras en Washington. Algunos, como el ex diplomático Aaron David Miller, incluso hacen un paralelo con su "desempeño sobre Charlottesville". En esta ocasión, puso en un mismo plano a Estados Unidos y Rusia.
What happened in Helsinki is foreign policy equivalent of Trump's performance in Charlottesville. Two days of infamy where an American president used moral equivalency; failed to condemn a US adversary and hate groups; and betrayed US values/interests.
Aaron David Miller (@aarondmiller2) 17 juillet 2018
Para Erwan Lagadec, profesor de la Universidad George Washington, "Rusia es una línea roja para la dirigencia republicana; es la gota de agua que despertará resistencias". A su juicio, a partir de ahora pueden haber consecuencias hasta en el Congreso, el cual "podría enfrentar al Poder Ejecutivo para encuadrar a Trump y su política exterior".
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