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Brasil

Eleccions 2018: la ultraderecha a las puertas del poder

Inicia la jornada electoral. El voto de los brasileños podría representar un salto al pasado. El ultraderechista Jair Bolsonaro parte como favorito con 40% de las intenciones de voto. Fernando Haddad recoge 31% de las  preferencias de voto.

Electores brasileños esperan turno para depositar su voto en una casilla de voto en Rio de Janeiro, 7 de octubre 2017
Electores brasileños esperan turno para depositar su voto en una casilla de voto en Rio de Janeiro, 7 de octubre 2017 REUTERS/Sergio Moraes
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Las cifras y efectos de la jornada electoral de este domingo en Brasil son acordes con el tamaño e importancia del mayor país de América latina. Serán enormes cualquiera sea el resultado. Podrían también ser catastróficas si se confirman algunos pronósticos que dan como ganador al ex capitán de infantería Jair Bolsonaro, un nostálgico de la dictadura militar, racista y misógino a quien las encuestas dan hasta 40% de los votos válidos.

Las elecciones son de carácter general, es decir que los brasileños elegirán presidente, renovarán la totalidad de la Cámara de Diputados (513 integrantes), dos tercios del Senado (81 miembros), además de elegir 27 gobernadores y diputados estaduales. Según el Tribunal Superior Electoral (http://www.tse.jus.br/), más de 147 millones de personas podrán votar y elegir entre 26 867 candidatos. El voto en Brasil es obligatorio.

La atención está concentrada en el resultado de la elección presidencial por la que compiten 13 candidatos. Pero sólo dos aparecen con los mayores índices de simpatía, y rechazo.

Jair Bolsonaro, candidato del Partido Social Liberal (PSL), el noveno partido al que el militar retirado y opaco diputado se afilia. Es el claro favorito de los sectores conservadores, terratenientes y no pocos desilusionados de años de gobierno de la izquierda dirigida por el PT. Sus injurias y ataques contra los homosexuales, los afrodescendientes y las mujeres han dado la vuelta al mundo. Cuenta con el importante apoyo de la iglesia evangélica, interesada en sus posiciones contra el derecho al aborta, contra el matrimonio del mismo sexo, contra la igualdad entre hombres y mujeres.

Los discursos de Bolsonaro añorando la época de la dictadura militar (1964-1985) provocaron en un primer tiempo mucho revuelo. Pero el país que atraviesa una profunda crisis a todos los niveles pareciera estar dispuesto a revisar incluso su historia. Recientemente el presidente de la Corte Suprema, Dias Toffoli, durante un seminario sobre los 30 años de la Constitución brasileña, afirmó que en adelante hablaría de "movimiento de 1964" para calificar el golpe de Estado de ese año. "Hoy, yo no hablo más de golpe de Estado", insistió. Muchos de los simpatizantes de Bolsonaro, en su gran mayoría hombres, afirman que Brasil necesita "mano dura" para ser gobernado.

Fernando Haddad es el otro candidato que podría ganar la presidencia. Las encuestas sobre la preferencia dan hasta 31% de los votos al dirigente del Partido de los Trabajadores (PT), según la última encuesta de Vox Populi/247 divulgada ayer sábado.  El hombre que tuvo que remplazar a último minuto al favorito del electorado, el ex presidente Lula da Silva, detenido por corrupción, ha logrado colocarse en poco tiempo en una posición donde muy pocos lo veían hace apenas unas semanas atrás.  El ex ministro de educación (2005 a 2012) y ex alcalde de San Pablo (2013 a 2016) no cuenta con la simpatía ni el carisma de Lula.

Los otros candidatos que podrían pesar en el caso de una segunda vuelta electoral son Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT), al que las encuestas le dan un 15% de los votos  y Geraldo Alckmin, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) que podría reunir 8% de la votación.

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