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Noticias de América

Uruguay le da la espalda a Alan García

Primera modificación:

El rechazo de asilo político a Alan García por parte de Uruguay pone en jaque al expresidente peruano, que tendrá que someterse a la ampliación de su investigación por los supuestos delitos de lavado de activos y colusión agravada en el caso Odebrecht.

Un auto que se supone transporta a Alan García entra en su casa tras su salida de la embajada uruguaya, este 3 de diciembre de 2018 en Lima, Perú.
Un auto que se supone transporta a Alan García entra en su casa tras su salida de la embajada uruguaya, este 3 de diciembre de 2018 en Lima, Perú. REUTERS/Mariana Bazo
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Uruguay rechazó el pedido de asilo político de Alan García tras revisar la documentación entregada por Lima y por el solicitante. El exmandatario permaneció durante 16 días en la embajada uruguaya, donde solicitó asilo "ante la inminencia de una orden de detención".

Alan García se puso a disposición de la Fiscalía de lavado de activos que lo investiga por corrupción, tras abandonar la embajada uruguaya en Lima. "Estaré en mi domicilio a disposición de todas las investigaciones y convocatorias que se me hagan", indicó García en una declaración leída a periodistas por su secretario Ricardo Pinedo.

La persecución política de la que se quejaba el expresidente queda así disipada, comenta el analista político peruano Augusto Álvarez Rodrich: "Era muy difícil para un gobierno como el de Uruguay sustentar un asilo por una persecución política que no existe. (…) Lo que pensé más bien era que el escenario más probable fuera uno en el cual le negaban el asilo pero le permitían seguir en la embajada uruguaya en Lima, por lo cual hubiera sido una situación de stand-by permanente".

Mientras en Perú se dudaba de la continuidad de García en la embajada uruguaya, en Montevideo se daba por descartada desde los primeros días de acogida. Estas dos semanas de espera sirvieron para que el gobierno uruguayo fuese cauto a la hora de examinar el expediente judicial del exmandatario peruano.

Según el politólogo de la Universidad de la República de Uruguay Daniel Chasquetti, "fue un problema inesperado. Jamás pasó por la cabeza del Gobierno que una situación así se podría generar. Para el Gobierno fue un problema desde que se conoció la solicitud, y creo que definió en términos estratégicos: el año que viene en Uruguay hay elecciones, Alan García está implicado en el caso Odebrecht, un caso que no ha tenido coletazos en Uruguay pero, al estar entre Argentina y Brasil, donde sí tuvo, en Uruguay hay mucha sensibilidad por este tema".

"Lo que hizo [el Gobierno] fue definir que se iba a responder a la solicitud de asilo en base a criterios técnicos, y para eso se consultaron a expertos que finalmente tomaron esta decisión. Fue muy importante el lobby que hicieron los diputados peruanos que vinieron a Uruguay y que tuvieron entrevistas con el partido de Gobierno, con las autoridades del poder legislativo y con la Cancillería. Se generó un escenario donde lo más probable era que tuviéramos este resultado", estima el analista.

Por el momento y a pesar de no haber imágenes de Alan García en su residencia, el exmandatario no tiene orden de detención en su país, con lo que varios políticos y algunos sectores sociales peruanos están pidiendo un arresto preventivo para evitar un nuevo intento de fuga. Las autoridades peruanas ya habían anunciado antes de su asilo en la embajada uruguaya el cierre de las fronteras para él durante 18 meses.

Entrevistados: Augusto Álvarez Rodrich, analista político peruano, y Daniel Chasquetti, politólogo de la Universidad de la República de Uruguay.

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