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Uzbekistán

La muerte de Islam Karimov provoca incertidumbre en la región

El presidente de Uzbekistán, Islam Karimov, quien durante 27 años condujo con mano de hierro el país, fue enterrado este sábado sin que se sepa quién podrá sustituirlo. Estratégicamente ubicado en el corazón de Asia Central, Uzbekistán y con él la región podrían verse desestabilizados.

El presidente uzbeko, Islam Karimov
El presidente uzbeko, Islam Karimov REUTERS/Grigory Dukor
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Era el primero y único presidente que Uzbekistán ha tenido desde su independencia en 1991. El deceso del déspota Islam Karimov, muerto a los 78 años de edad tras una hemorragia cerebral, abre una etapa de incertidumbre y alto riesgo para el país más poblado de Asia central asi como para los países vecinos.

Islam Karimvov era un hombre del aparato del Partido Comunista, en la época de la Unión Soviética (URSS). Asumió en 1989 la dirección de la entonces República de Uzbekistán, y en 1991, cuando el país se independizó, mantuvo la presidencia. Uzbekistán cuenta hoy con más de 34 millones de habitantes, y por su ubicación geoestratégica lo que sucede en su interior puede rápidamente tener repercusiones en los 6 país de los que es vecino, entre otros Afganistán, Kirguistán, Kazajastán o Tayikistán.

Karimov fue hospitalizado el 27 de agosto víctima de una fuerte hemorragia, y a partir de ese momento comenzaron a correr los rumores sobre su muerte, finalmente  anunciada el pasado viernes. Poco afecto a compartir el poder, el déspota erradicó a todos sus eventuales opositores e hizo uso de la tortura y la represión sin miramientos. Tras unas cuestionadas elecciones, Karimov comenzó un tercer mandato en marzo del 2015.

Fue ese mismo método represivo y de control total que hizo que los grupos islamistas radicales mantuvieran un bajo perfil en una región que podría incendiarse facilmente. Diversos expertos temen que los grupos islamistas radicales, muy activos en el valle de Fergana, que han prestado obediencia al estado Islámico, decidan ahora pasar a otro nivel de acciones.

La sucesión de Karimov también representa un serio problema. Según la Constitución del país, es el presidente del Senado, Nigmatilla Yuldashev, quien debe asegurar la transición durante tres meses, momento en que se realizarían nuevas elecciones. Pero los analistas estiman que es una persona sin carisma. Quedan otros tres posibles contrincante: el jefe de gobierno, Shavkat Mirziyayev, un tecnócrata conocido por sus lazos con la familia Karimov; el vice primer ministro, titular de Finanzas, Rustam Azimov, bien visto por los países occidentales, y el jefe de la seguridad, Rustam Inoyatov, es oficial del KGB, los servicios secretos soviéticos, considerado la eminencia gris de Karimov. También hay que considerar a los descendientes, como su hija Lola Karimova, embajadora de Uzbekistán en la Unesco en París.

Los funerales de Karimov tuvieron lugar en Samarcanda, su ciudad natal, conocida en el mundo como una joya de la "ruta de la seda". Varios presidentes y el primer ministro ruso Dimitri Medvedev aisitieron a la ceremonia. Han sido declarados tres días de duelo nacional.

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