Este lunes el gigante japonés Takata, fabricante de componentes para automóviles, se declaró en quiebra.
La empresa era hasta hace poco el segundo mayor fabricante de airbags a nivel mundial, que se revelaron defectuosos y provocaron 16 muertes.
El escándalo estalló en 2014 pero la empresa tardó en asumir sus responsabilidades. Con una deuda cercana a los 8.000 millones de euros, no le queda más remedio ahora que ir a la quiebra, la mayor del sector industrial japonés de la post guerra.
La caída de Takata, que vendía sus productos a fabricantes como BMW, Ford, Honda, General Motors y Nissan, afectará naturalmente a sus filiales en China, Estados Unidos y México, golpeando un sector hasta poco sacudido por el escándalo Volkswagen.
Entrevistado: Alejandro Nuñez, analista bursátil de XTB Brokers en Madrid.
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