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Los gatos reconocen su nombre pero prefieren ignorarnos

Un estudio llevado a cabo por científicos japoneses mostró que los gatos reconocen su nombre cuando su amo los llama. Simplemente, a veces, deciden ignorarnos.

Los gatos son muy independientes, en comparación con los perros.
Los gatos son muy independientes, en comparación con los perros. Flickr/Vincent
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Comparado con el perro, ese fiel amigo del hombre que siempre viene corriendo cuando uno lo llama, moviendo la cola con frenesí, el gato puede ser arrogante, misterioso, seductor y hasta a veces, rebelde. Su autosuficiencia e independencia son manifiestas: va y viene según le da la gana, es un gran cazador, y en vez de generar lazos de dependencia con sus amos, lo tolera dentro de su territorio.

Los gatos no están hechos para responder a las señales humanas. Comunicarán con los humanos cuando lo querrán.

La investigadora Atsuko Saito

En Japón, donde los gatos son casi deidades, científicos quisieron saber si los gatos reconocen o no su nombre. Sus trabajos, que fueron publicados en la revista Scientific Reports, determinan que sí, los gatos reconocen su nombre, aunque muchas veces no responden al llamado.

“Dos de los animales no humanos más comunes que interactúan con los humanos son los perros domésticos (canis familiaris) y los gatos (felis catus). A diferencia de los perros, la capacidad de los gatos domésticos a comunicar con los humanos no ha sido estudiada a fondo”, dice el estudio liderado por la investigadora Atsuko Kaito, de la Universidad Sophia de Tokio.

El gato, gran seductor.
El gato, gran seductor. Flickr/Jeanne Menjoulet

Los científicos buscaron demostrar que un gato reconoce su nombre en medio de otras palabras parecidas fonéticamente. Con esta meta, llevaron a cabo una serie de experiencias sobre 78 gatos que viven en hogares japoneses o en bares para gatos.

“Usamos el método aclimatación-desaclimatación para investigar si los gatos domésticos podían distinguir las palabras humanas, que consistían [en este caso] en el nombre del gato mismo, nombres comunes, y nombres de otros gatos conviviendo con él”, reza el informe.

Así, los científicos difundieron una grabación vocal a los gatos con cinco palabras leídas por sus amos o por un desconocido. Las cuatro primeras palabras eran de la misma extensión y del mismo ritmo que el nombre del animal, nombre que aparecía en quinta posición.

Quizás los felinos no estén conscientes de que se trata de su nombre, pero reaccionan cuando escuchan un sonido habitual.
Quizás los felinos no estén conscientes de que se trata de su nombre, pero reaccionan cuando escuchan un sonido habitual. Flickr/SylvieMM

Mientras tanto, los investigadores examinaban las reacciones de los gatos (movimientos de la cabeza, de la cola, de las orejas…), y pudieron darse cuenta de que mientras los animales no mostraban ningún interés para las cuatro primeras palabras, la mayoría de ellos reaccionó al escuchar su nombre, pronunciado por su amo o no.

De esta manera, quizás los felinos no estén conscientes de que se trata de su nombre, pero reaccionan cuando escuchan un sonido habitual y que asocian con una recompensa, como una muestra de cariño o algo de comida.

Sin embargo, el estudio demostró que los animales que viven en un bar para gatos son menos sensibles a su nombre, lo que se puede explicar por el hecho de que escuchan muchos nombres a la vez y no se identifican con uno en particular.

“Los gatos no están hechos para responder a las señales humanas. Comunicarán con los humanos cuando lo querrán”, concluyó la investigadora Atsuko Saito, citada por la revista New Scientist. Pues sí, cuando no responden, simplemente nos ignoran.

Más allá de todo, los gatos saben demostrar su cariño.
Más allá de todo, los gatos saben demostrar su cariño. Flickr/Vincent Nelly

 

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