Un muy Biutiful Bardem

El director mexicano Alejandro González Iñárritu presenta Biutiful, un largometraje rodado en Barcelona y protagonizado por Javier Bardem, quien lleva a cuestas una película visualmente sugestiva, pero que adolece de diálogos reiterativos. La crítica del enviado de RFI a Cannes.

El actor Javier Bardem y el director Alejandro González Iñarritu presentan Bitiful en Cannes. ©Reuters

Tras su paso por la Semana de la Crítica con “Amores perros” en el 2000, que le lanzó a la fama, el director mexicano Alejandro González Iñárritu obtuvo en 2006 el premio de la puesta en escena en Cannes por Babel. Ahora vuelve a la competición oficial con  Biutiful, producción española con dos intérpretes españoles: Javier Bardem y Blanca Portillo, enteramente rodada en Barcelona y en decorados naturales en España. Destaquemos en el reparto a la actriz española Blanca Portillo y a la debutante argentina Maricel Álvarez.

Tras su separación profesional con el guionista mexicano Guillermo Arriaga, que le acompañó en sus anteriores películas, Iñárritu asume aquí la escritura del guión rodeado de otros colaboradores. Siguen con él en cambio su director de fotografía habitual, Rodrigo Prieto, y el compositor Gustavo Santaolalla.

Javier Bardem interpreta el papel de un traficante de mano de obra clandestina, un marginal con buen corazón y enfermo de cáncer en fase terminal, que atraviesa una situación muy delicada: entre su tráfico, su enfermedad y su condición de padre de familia.

Biutiful es una película visualmente sugestiva, pero dramáticamente fallida en su apoyada búsqueda de la emoción, tanto con sus diálogos como con su música aditiva. Se nota en el guión la ausencia de Arriaga, pues la cinta resulta reiterativa en sus diálogos con respecto a las imágenes filmadas y en las que el espectador ya ha entendido qué es lo que pasó. Pocos aplausos ha habido en sesión de prensa donde Biutiful ha sido acogida con frío respeto.

Tiene la película sin embargo la magnífica presencia de Javier Bardem, un gran actor le echen lo que le echen, que lleva a hombros la película desde el comienzo hasta el final. Yo diría de manera un poco excesiva que sin Bardem no hay película. Rodada en Barcelona, Biutiful nos habla a través de ese personaje, del tráfico de drogas, la venta ambulante, el trabajo clandestino en el textil o en la construcción, la corrupción de la policía, de todo ese mundo marginal, en el que evoluciona el protagonista.

Lo mejor en Biutiful es todo lo que se parece a Amores perros pues Iñárritu filma con el mismo brío en México DF o en las calles de Barcelona, lo que peor en su película es lo que se parece a 21 gramos en su visión trágica y grandilocuente de la muerte.