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Carrusel de las Artes

Brasil y Colombia en la competencia de cortometrajes de Cannes 2016

Primera modificación:

João Paulo Miranda y Simón Mesa representan al continente en la competencia de cortos de Cannes. Ambos ya estuvieron en el festival francés y comienzan a conocer la internacionalización de su trabajo.

'La chica que bailó con el diablo', de João Paulo Miranda.
'La chica que bailó con el diablo', de João Paulo Miranda.
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Cuando niño João Paulo Miranda, cineasta brasileño, soñaba con ser futbolista. Pero eso les pasa a todos los brasileños. Rápidamente se dio cuenta de que quería ser cineasta. Sus padres, dueños de un restaurante en la ciudad de Río Claro en el interior de São Paulo, apoyaron su decisión. Y sobre todo su entusiasmo.

Hasta ahora sus trabajos son financiados de las formas más originales, sobre todo con rifas que organiza el colectivo Kinoolho al que pertenece, formado por mucha gente fanática del séptimo arte, pero que a veces ni siquiera tienen una formación profesional: "Este grupo está formado por personas muy sencillas y a muchos los formé yo mismo. Que puedan hacer esto es casi un milagro, un reconocimiento y una oportunidad. En mi estado, São Paulo, tenemos problemas de apoyo a los cortos. Por eso usamos otros caminos como las rifas. Varios comerciantes locales, hasta mis padres, dieron sus productos para rifarlos y con ese dinero hicimos la producción del filme, una producción muy económica", comenta Miranda.

Dos de sus proyectos, dos cortometrajes, han sido seleccionados en el Festival de Cannes en los últimos años. En el 2015, Command Action participó en la semana de la crítica. Y este año La chica que bailó con el diablo compite en la categoría de cortometrajes. João Paulo reconoce que "es increíble, no es una cosa común, todos me dicen que es una cosa extraña de un gran prestigio, que me está abriendo puertas para nuevos proyectos, principalmente mi primer largometraje".

La chica que bailó con el diablo habla del despertar adolescente de una jovencita que vive en una familia muy religiosa del interior de Brasil: "Encontramos una historia, una leyenda popular del interior sobre una niña de una familia muy religiosa que quiso contradecir a sus padres y bailar en una fiesta. La leyenda dice que a causa de eso se fue al infierno. La idea de esta adaptación era situarla en la actualidad, pues la leyenda tiene un siglo, y mostrar la presencia de lo diabólico en varias cosas y elementos del día a día, de la rutina de la niña, entonces el diablo no es tan figurativo, no es una cosa que se ve concretamente", recuerda.

El cine de João Paulo intenta mostrar el interior de Brasil, su realidad, y la discriminación que sufre por parte de los directores que pocas veces retratan su realidad. Su próximo proyecto, quizás un largometraje, viajará a otros estados para hablar de la migración de una persona que va a vivir del norte al sur de este país continente.

Este 2016 regresa también a Cannes Simón Mesa, director colombiano. En el 2014 ganó la Palma en la sección de cortometrajes con Leidi, sobre una madre adolescente que busca al padre de su hija, filmado en Medellín. Y este año regresa a la misma categoría con Madre, sobre la prostitución adolescente.
 

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