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Carrusel de las Artes

Apollinaire, la mirada del poeta

Primera modificación:

Redifusión. El Museo de l’Orangerie de París presenta en sus salas una exposición que explora el trabajo de Guillaume Apollinaire como crítico de arte y su relación con los grandes artistas del siglo XX.

Portrait (prémonitoire) de Guillaume Apollinaire, 1914.
Portrait (prémonitoire) de Guillaume Apollinaire, 1914. Paris, Musée National d'Art Moderne-Centre Pompidou © Centre Pom
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Guillaume Apollinaire fue uno de los más importantes críticos de arte y testigo de primer orden de la efervescencia artística en el París de principios de siglo XX. En ese momento, Apollinaire tenía apenas 22 años y era un prometedor poeta. Acababa de instalarse en París como sus amigos artistas: Pablo Picasso, André Derain, Henri Matisse. De esa amistad surgió una intensa pasión por el arte que Apollinaire acompañó como crítico y teórico de los nacientes cubismo, simbolismo y sobre todo, del surrealismo, término que él mismo acuñó en 1917.

Esa faceta de su vida es objeto de una nutrida muestra en el Museo de l’Orangerie de París, bajo el título “Apollinaire, la mirada del poeta”. La exposición da cuenta de esa estrecha relación entre los artistas y el escritor polaco, quien con su pluma dio un impulso a la revolución estética de su tiempo.

“Apollinaire es un actor muy importante en el período de transición que vive el arte entre el siglo XIX y XX. Fue un gran defensor de los artistas de su tiempo, un poeta extraordinario, pero también un excelente crítico de arte. Fue un gran amigo de los vanguardistas y alguien con gustos muy diversos, eclécticos. Eso le permitió apreciar y entender no sólo a pintores o escultores, sino también a diseñadores de afiches o al naciente arte cinematográfico. Apollinaire fue de los primeros en entender a los vanguardistas y a proponer una exposición conjunta entre Matisse y Picasso”, explicó a RFI Claire Bernardi, una de las comisarias de esta muestra.

La muestra "Apollinaire, la mirada del poeta" reúne obras de Douanier Rousseau, Matisse, Picasso, Braque, Chagall. Un concentrado increíble de estilos y corrientes, pero también de nacionalidades y sensibilidades, a imagen de lo que fue la capital francesa hasta los años 20.

“Apollinaire vive el nacimiento del arte del siglo XX, el momento en el que París se convierte en el vivero creativo para artistas de nacionalidades muy diversas. Apollinaire es, de hecho, uno de los símbolos de esa diversidad y esa apertura, al ser de origen polaco. Su condición de poeta lo ayudó mucho a conectar con los lectores y con los artistas. Su poesía termina siendo una pasarela. Pero además es alguien que se interesa en otros artes como la música. Esa curiosidad y apertura de espíritu caracterizan su postura como crítico de arte”, agregó la especialista, quien también destacó el talento visionario del poeta de origen polaco.

“Apollinaire entendió completamente la particularidad y originalidad de cada uno de sus amigos artistas. Además, algunos de sus textos son bastante visionarios. Uno de ellos, por ejemplo, habla de lo que será la evolución de la escultura: habla de trabajar el agua, la arena, reciclar, derramar cosas… en obras como las de Picasso, Apollinaire ve por ejemplo una apertura hacia el arte del futuro”, concluyó Bernardi.

Guillaume Apollinaire murió muy joven, a los 38 años, poco después de ser herido durante la primera guerra mundial. Sus amigos, en especial Picasso, lamentaron su muerte y lo hicieron saber en algunos de sus cuadros, reunidos en esta exposición "Apollinaire, la mirada del poeta" que se presenta hasta el 18 de julio en el Museo de l'Orangerie de París.
 

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