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Carrusel de las Artes

Andrés Serrano, fotografía liberada en busca de símbolos

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Dice Andrés Serrano que aunque no haya hecho nunca autorretratos, todos sus trabajos son un reflejo de él. Así presenta el artista estadounidense nacido en 1958 su exposición de retratos fotográficos en la Casa Europea de la Fotografía de París. Más de 60 imágenes que pertenecen a nueve series que realizó durante los últimos 27 años.

Klansman, Grand Dragon of the Invisible Empire.
Klansman, Grand Dragon of the Invisible Empire. Andrés Serrano
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Las series de fotografías de Andrés Serrano son casi antropológicas y buscan identificar, clasificar y registrar diferentes grupos, como por ejemplo los pueblos originarios, los cubanos o los estadounidenses. Una suerte de catálogo que recuerda la obra del fotógrafo alemán de principios de siglo XX August Sander y su esfuerzo para inventariar la sociedad alemana de su época.

Los retratos son en general planos medios cortos, o sea hasta el pecho. Pero el gran tamaño de las imágenes, de 1 metro por 81 centímetros, aumenta de manera explosiva la escala normal de cada rostro retratado: "Yo soy un artista, no soy fotógrafo, y al principio de mi carrera pensé que la idea de presentar fotos pequeñitas era más una cosa típica de la fotografía", explica Serrano.

Una de las series presentadas, The Klan, está dedicada a los jefes y miembros del Ku Klux Klan, organización que defiende la supremacía de la raza blanca. La fascinación que ejerce la estética de los retratos de Serrano, que él mismo describe su aspecto físico como "hispano", contrasta con el mensaje racista del grupúsculo, y perturba. "Yo considero al Klan como marginal, y yo me identifico con lo marginal", dice el artista: "Yo no soy juez, soy como un doctor que no tiene opinión, estoy aquí para hacer mi trabajo, para fotografiar a la gente que yo veo y que me interesa".

Andrés Serrano

Luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Serrano comenzó la serie América. Durante tres años fotografió a más de 100 personas que definían la visión que Serrano tiene de Estados Unidos. Entre ellos un retrato de 2004 que el artista nunca había expuesto hasta hoy: el de un hombre rico llamado Donald Trump. "El Donald Trump de 2004 era bien diferente, ahora se convirtió en un político y como político supo lo que tenía que hacer para ganar la presidencia, es un actor y supo hacer su papel", comenta Serrano.

En 2012 Serrano viajó a Cuba, la tierra de sus ancestros, y si bien logró fotografiar a decenas de artistas, deportistas y figuras de la isla, entre ellas a Mariela y Alex Castro, no logró su objetivo de retratar a sus respectivos padres, Raúl y Fidel Castro. Los personajes de poder son recurrentes en las imágenes de Serrano, aunque "no solamente el poder, pero la gente que todo el mundo conoce, que son íconos. Cuando yo tomo una foto de una persona, estoy tomando una foto de un individual pero también de un símbolo".

La serie Nómades retoma un tema tradicional de la fotografía, las personas sin techo. Según Serrano, su relación con los modelos pasa a través de las fotos. Explica que sus asistentes instalan el equipo y él conoce al modelo sólo cuando está listo para tomar la foto. Es en ese momento, dice Serrano, cuando empieza a relacionarse con el retratado.

"Yo pienso que soy como un espejo, y te estoy enseñando a ti lo que yo veo, y entonces lo que tú ves en ese espejo quizás diga más de ti que de mí", concluye el artista.

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