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Carrusel de las Artes

Kiefer-Rodin, un diálogo entre artistas de ayer y hoy

Primera modificación:

El Museo Rodin de París presenta una muestra del artista alemán Anselm Kiefer inspirada en la obra y legado del célebre escultor francés fallecido hace 100 anos.

© Agence photographique du musée Rodin - Jérome Manoukian
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El encuentro podría parecer forzado entre artistas tan diferentes y lejanos en el tiempo. Pero finalmente esta exposición pone en evidencia formas muy similares de abordar el arte y la creación. La muestra Kiefer-Rodin es el fruto de un encuentro ficticio entre Auguste Rodin y el alemán Anselm Kiefer, escultores que han marcado la historia del arte.

La exposición se abre con las obras monumentales de Anselm Kiefer, pinturas abstractas en grandes formatos e instalaciones contemporáneas inspiradas en un libro bastante desconocido llamado Las catedrales de Francia que Rodin publicó en 1914. Todo comenzó en 2013 cuando Anselm Kiefer solicitó visitar las reservas del museo. El centro parisino decidió entonces darle carta blanca para una exposición en estos espacios, en el marco de las celebraciones del Centenario de la muerte de Auguste Rodin. El resultado es un rico y expresivo diálogo entre estos dos artistas mayores.

“Lo que quisimos fue celebrar a Rodin, en el centenario de su muerte, a través de un gran escultor de nuestro tiempo, Anselm Kiefer. Los dos artistas son muy cercanos en muchos aspectos, sobre todo, en el proceso creativo. Los dos son apasionados de la investigación, de la experimentación y de esa cascada de alternativas que puede surgir durante la concepción de una obra. Para Rodin, lo importante es el fragmento y el ensamblaje; Kiefer tiene fascinación por los escombros y las ruinas. Pero ambos reciclan y declinan infinitamente”, declaro a RFI Véronique Mattiussi, la responsable de esta muestra.

© Agence photographique du musée Rodin - Jérome Manoukian

Las obras de Anselm Kiefer son como una gran borrasca que sopla en el Museo Rodin, como si se tratara de las ruinas de una ciudad tras el paso de un huracán. Un contraste total con los códigos de la pintura y la esculturas clásicas, pero que finalmente se inspira de ellos para proponer una nueva lectura.

En el libro de Rodin, sobresalen dos aspectos: la dimensión orgánica que Rodin da a las catedrales y la presencia de las mujeres, que Rodin asocia a la arquitectura. Kiefer retoma esos dos factores y se inspira de ellos para fabricar los libros de yeso que se muestran en el Museo Rodin. Kiefer de hecho es conocido por sus libros de gran tamaño que fabrica con yeso, bronce o papel. El tema de las catedrales de Francia es declinado en estos libros en los que están presentes los temas de la arquitectura y de las mujeres. Luego, hay una segunda serie de libros donde la arquitectura desaparece completamente para dar paso a figuras femeninas que surgen de la materia.

Una de las ideas centrales de este diálogo es que la obra de arte es una entidad abierta, susceptible de ser modificada, variada, transformada de forma permanente. Es una manera para Rodin y Kiefer de declinar una y otra vez sus obras. De esta forma, todo puede ser fuente de renovación y de creación. Lo que es maravilloso es ver cómo la lógica creativa y cuestionamiento permanente de Rodin es hoy, 100 años después de su muerte, uno de los mecanismos centrales en un artista actual como Anselm Kiefer; agrego Matiussi.

La exposición Kiefer-Rodin se presenta en el Museo Rodin de París hasta el mes de octubre y forma parte del calendario de eventos en el marco del año centenario de la muerte de Auguste Rodin.

© Agence photographique du musée Rodin - Jérome Manoukian

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