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Festival de Cannes 2018

La maldición de ‘El hombre que mató a Don Quijote’

Dos décadas después de que el cineasta británico Terry Gilliam emprendiera la realización de una película sobre las peripecias del ingenioso hidalgo, la película puede ser proyectada en el Festival de Cannes. Repaso de las desventuras de una película condenada.

El directorTerry Gilliam.
El directorTerry Gilliam. REUTERS/Neil Hall
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Veintisiete años después del inicio del proyecto, 17 años después del inicio del rodaje, dos años después del fin del montaje, El hombre que mató a Don Quijote puede ser proyectado este 19 de mayo en la clausura del festival de Cannes -y de manera excepcional: la justicia debe pronunciarse sobre el caso en junio.

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La palabra que se usa para presentar la película de Terry Gilliam es, sistemáticamente, maldición. Todo lo que ocurrió alrededor del largometraje estuvo signado por la fatalidad. Los molinos con siluetas de gigantes tuvieron para el director de Brazil adoptaron la forma inundaciones, una hernia discal sufrida por el protagonista francés Jean Rochefort, hoy fallecido, aviones que surcan el cielo arruinando el paisaje del siglo 17, el presupuesto que se va por las nubes… Las incontables peripecias que hicieron naufragar el rodaje alcanzaron para llenar un documental: Lost in La Mancha (2003).

Pero como el Quijote, Gillian no tiró la toalla y siguió adelante, cambiando una y otra vez el reparto. Después de Rochefort y Johnny Depp, en los protagónicos se sucedieron otros dúos para encargar al Quijote y Sancho Panza : Robert Duvall-Ewan McGregor, John Hurt-Jack O'Connell y Michael Palin-Adam Driver. Finalmente, este último el Kylo Ren de Star Wars, se convirtió en el escudero de Jonathan Pryce, quien trabajara con Gillian en Brazil, El Barón de Munchausen o Los Hermanos Grimm.

El largo derrotero de El hombre que mató a Don Quijote no se limitó a los problemas del rodaje. Gilliam debió lidiar con el pintoresco productor portugués Paulo Branco, con quien mantiene al día de hoy un litigio.

Resulta que en 2016, Branco compró a Gilliam sus derechos de autor-director, a través de su productora Alfama. Sin embargo, durante la preproducción de la cinta, los encontronazos entre estas dos fuertes personalidades condujeron al portugués a suspender el inicio del rodaje.

Gilliam contactó entonces con la productora española Tornasol y con ella rodó el filme entre marzo y junio de 2017, en España y Portugal. Pero Branco denunció al cineasta británico ante la justicia francesa.

Finalmente, la corte autorizó su estreno en la clausura del Festival de Cannes, el sábado 19 de mayo. Queda por ver si antes de la proyección anunciada el destino tiene otros planes para la película maldita.

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