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Carrusel de las Artes

Yvette Horner, la mujer acordeón

Primera modificación:

Fue un ícono de la música francesa, reina indiscutible del acordeón y de los bailes populares. Yvette Horner, la acordeonista prodigiosa falleció el lunes cerca de París a los 95 años.

Yvette Horner murió a los 95 años de edad.
Yvette Horner murió a los 95 años de edad. DR
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Una virtuosa que puso su increíble talento al servicio de la música más popular. Esa fue Yvette Horner, la campeona indiscutible del acordeón en Francia, un verdadero ícono de ese género llamado "musette", un tipo de música bailable, muy popular, a veces campestre, que puede tener ritmo de java, vals, tango o paso doble. Y lo típico del género "musette" es justamente el acordeón que Yvette Horner dominó a la perfección.

Pero en realidad Horner no comenzó en la música con el acordeón sino con el piano. Fue una niña prodigio del teclado, desde su más tierna infancia. Yvette Horner nació en el sur de Francia, en la ciudad de Tarbes y muy pequeña se inició a la música. A los 11 años obtuvo el diploma de pianista en el conservatorio de Toulouse. Yvette quería consagrar su vida a la música clásica pero su madre, considerando que no había mujeres que tocaran el acordeón, la obligó a cambiar de instrumento. Una tragedia para la joven pianista que lloró inconsolable durante tres años. Así lo contó en una entrevista en la televisión francesa, coincidiendo con la salida al mercado de una biografía sobre su vida.

Cortesía de la Cité de la Musique
Cortesía de la Cité de la Musique DR

Yvette se conformó como pudo a la decisión de su madre, y a pesar de la tristeza, la joven reveló también en el acordeón una destreza extraordinaria que la llevó a convertirse en la primera mujer en ganar el Mundial del acordeón, en 1948.

Acordeón y mujer se hicieron uno, y se convirtieron en una pareja inseparable que ganaría fama, reconocimiento y dinero.

Pero lo que la convirtió en una superestrella mediática fue su participación en el Tour de Francia en bicicleta. No como ciclista, por supuesto, sino como la mascota de la competencia. Montada en uno de los vehículos oficiales de la caravana y con su acordeón de 12 kilos sobre los hombros, Yvette Horner dio la vuelta al país en 11 oportunidades, abriendo el camino a los corredores, y luego animando los conciertos al final de cada etapa. Toda una epopeya que le permitió ser conocida por el público, durante la competencia deportiva más popular que se realiza en Francia todos los años. Fue así que se convirtió en un emblema, no solo del Tour sino de Francia misma, una estrella popular, vestida con el azul-blanco-rojo de la bandera francesa y con su irresistible invitación a bailar y a celebrar.

Yvette, a quien todos llamaban cariñosamente "Vévette" ofreció durante su vida más de 2.000 conciertos y grabó unos 300 discos que se vendieron en más de 30 millones de ejemplares. Durante su larga carrera musical se asoció a diversos artistas como Lio, Michel Legrand y a otro acordeonista conocidísimo, Richard Galliano, quien se ha destacado más en otros géneros como el jazz e incluso como bandoneonista de tango.

En cuanto a Yvette Horner, a la muerte de su esposo, el futbolista René Droesch, otro hombre muy importante se hizo cargo de ella: Jean-Paul Gautier quien efectuó una transformación completa en la apariencia de Yvette. El célebre modisto la hizo teñirse el cabello de rojo, color que se volvió emblemático, y diseñó para ella un nuevo vestuario. Con un look más extravagante, la acordeonista inició una nueva etapa en su carrera que la llevó a colaborar con artistas como Boy George, otro extravagante, pero de la pop, con el que grabó "Summertime".

Como muchos músicos prodigiosos, Yvette Horner también trascendió los géneros musicales. Sus hábiles manos que ejecutaban impresionantes saltos y melodías en los botones del acordeón se dedicaron a las melodías de David Bowie o Michael Jackson, con un éxito relativo. La pelirroja incursionó incluso en el rap. En todo caso, Yvette Horner supo transmitir su amor por la música a varias generaciones. Fue lo que destacó la ministra de la cultura, Françoise Nyssen, tras la noticia de su muerte, el 11 de junio en la ciudad de Courbevoie, muy cerca de París.

Yvette Horner tenía 95 años y aunque ya no se presentaba en público, sí tocaba el acordeón todos los días para, como ella decía, luchar contra la artrosis y la edad. Su último disco, "Yvette hors norme" salió en 2012.

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