‘Ceniza negra’, el duelo y el misterio en el final de la infancia
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La Semana de la Crítica, una de las secciones paralelas del Festival de Cannes, presentó la primera cinta costarricense en su historia. Una película sobre el paso de la niñez a la adolescencia, y de la muerte como experiencia de transición.
El duelo, el misterio, la adultez, la vida, a través de los ojos de una niña. Esas son las temáticas presentes en la cinta Ceniza negra, primer largometraje de la costarricense Sofía Quirós. Una película presentada en la Semana de la Crítica de Cannes y que ha deslumbrado con su ritmo poético y sus hermosos paisajes.
La joven directora Sofía Quirós nos adentra en el universo de esta niña, Selva, que mira la muerte de frente en la persona de su “Tata”, un hombre mayor y enfermo que Selva acompaña. La película fue filmada en la provincia de El Limón en el Caribe sur costarricense.
Esta historia había sido abordada por Quirós en un cortometraje, “Selva”, presentado en Cannes en 2017, e interpretado por la misma joven actriz, Smashleen Gutierrez. Dos años después la directora construye un largometraje donde los ambientes, las sombras misteriores y la naturaleza forman parte de la historia.
En Ceniza Negra, Selva sueña con cambiar de piel como las serpientes, en sintonía con las creencias y ritos de los pobladores de El Limón y su forma de recibir la muerte.
Ceniza Negra está en la selección de la Semana de la crítica en Cannes, y forma parte en la competencia por la Cámara de Oro a la mejor primera película.
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