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Mundial de Futbol Rusia 2018

Bélgica: El consuelo de poder haber sido

La selección de Bélgica se hizo con el tercer puesto del mundial luego de vencer en la final de consolación a Inglaterra con un marcador de 2-0. Meunier y Hazard anotaron los goles de unos diablos rojos que hicieron historia y dispusieron un buen futbol en Rusia.

Los jugadores belgas celebran el segundo gol ante inglaterra en la final de consolacion del Mundial de Rusia 2018.
Los jugadores belgas celebran el segundo gol ante inglaterra en la final de consolacion del Mundial de Rusia 2018. REUTERS/Toru Hanai
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¿Cómo disfrutar de una victoria amarga? La de un partido frustrado y que reniega el premio a tanto sacrificio después de casi un mes de competición. No es consuelo, sino un verdadero castigo para cualquier selección que haya experimentado como las puertas de una gran final se cierran cuando estas a punto de entrar.

Con ese trago agridulce, dos de las selecciones más vistosas del mundial, Inglaterra y Bélgica, se dispusieron a jugar el forzado partido que define el tercer y cuarto puesto de la competición.

Si las caras eran más largas entre los jugadores belgas, tenía su justificación. Los diablos rojos, que habían desplegado el futbol más dinámico y atractivo en Rusia, partían con la misión de poner el broche de oro a una generación de futbolistas que se antoja haber explotado más tarde de la cuenta.

Por el contrario Inglaterra, que se dio por satisfecha al haber entrado entre las 4 mejores selecciones del mundial, sigue pellizcándose tras ver como un proyecto de futuro ha dado sus frutos prematuramente.

Es por eso tal vez, que el futbolista al que más echaron de menos los belgas durante su semifinal frente a Francia, Thomas Meunier, se encargó de poner las cosas claras en la cancha y marcar prematuramente (minuto 3) para encarrilar al victoria de su equipo. Al contragolpe, el arma más eficaz de los diablos rojos, anotaría el 1-0 el jugador del PSG tras un remate con la derecha desde el centro del área al centro de la portería.

Bélgica, sin dar una lección de futbol, divertía al público y se consolaba, mientras Inglaterra no era capaz de encontrar un hombre que fuese capaz de gobernar con el balón. A pesar de este hándicap los ingleses reaccionaron bien, tratando de buscar la meta de Courtois, que en todo momento evitó cualquier susto.

En la segunda mitad se volvió a repetir el guion de los primeros 45 minutos. Inglaterra se movió con descaro durante 10 minutos aunque Bélgica volvió a tomar el control del juego. Cuando quedaban 20 minutos para el final del tiempo reglamentario, Inglaterra contó con su ocasión más clara para empatar. Dier, en un mano a mano con Courtois, picó el balón en dirección al centro de la portería y cuando el esférico iba a rebasar la línea de gol, apareció Alderweireld para salvar in extremis.

A pesar del empuje inglés, el destino estaba marcado. Cuando los británicos se asomaban en busca de una prórroga, Bélgica impulsó otro contrataque donde Hazard acabaría anotando el definitivo 2-0.

Al final los belgas se fueron con más dudas de Rusia por lo que fue y pudo ser, mientras que los ingleses, con otro talante, se enorgullecen de haber hecho las paces con sus seguidores luego de las desilusiones que marcaron a este equipo durante los últimos años.

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