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Grecia debe devolver en julio próximo unos 7.000 millones de euros a sus acreedores. Un monto que Atenas no podrá cancelar sin nuevos fondos del vigente programa de rescate.

El ministro griego de Finanzas, Euclid Tsakalotos, durante la reunión de los ministros de Finanzas europeos, el pasado 20 de febrero de 2017 en Bruselas.
El ministro griego de Finanzas, Euclid Tsakalotos, durante la reunión de los ministros de Finanzas europeos, el pasado 20 de febrero de 2017 en Bruselas. REUTERS/Francois Lenoir
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Las tres partes –los países de la Eurozona, el Fondo Monetario Internacional y el gobierno griego– no logran ponerse de acuerdo sobre las condiciones para desbloquear este nuevo tramo de ayuda.

Tras la reunión de los ministros de Finanzas de la Eurozona de este lunes, los europeos, el FMI y el gobierno griego acordaron seguir negociando y enviar un nuevo equipo de expertos para examinar si Grecia ha hecho los deberes. Atenas aceptó realizar nuevas concesiones para avanzar.

Pero las diferencias de fondo persisten, en particular entre los acreedores que no concuerdan sobre qué medidas exigir a Grecia ni sobre si la enorme deuda helena –que alcanza un 176% del PIB– es sostenible o no.

Estas diferencias estarán sin duda en el menú del encuentro este miércoles entre la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, y la canciller alemana, Angela Merkel. Alemania, primera economía de la zona euro y principal acreedor de Grecia, no quiere ni oír hablar de una quita de la deuda griega.

Los expertos viajarán a Atenas muy pronto y trabajarán "con las autoridades griegas en un paquete adicional de reformas estructurales del sistema tributario, del sistema de pensiones y de la regulación del mercado de trabajo", precisó el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.

Tras siete años de planes de rescate y drásticas medidas de austeridad, el Producto Interno Bruto griego ha crecido en un 0,03% en 2016. Se vislumbra una ligera recuperación en los sectores energético, agrícola, logístico e informático. Pero un tercio de la población sigue viviendo por debajo del umbral de pobreza. En Europa, sólo Rumania y Bulgaria tienen peores indicadores de pobreza. Y un 23% de los griegos no tiene trabajo. Se trata del mayor nivel de desempleo de la zona euro. Además, persiste mucho clientelismo y burocracia, apunta la investigadora del Instituto Jacques Delors, Eulalia Rubio.

De todas maneras, los gobiernos de la zona euro buscarán evitar llegar a la fecha límite de julio para desbloquear los nuevos préstamos, ya que un escenario similar al de 2015, cuando luego de la elección de Tsipras casi se llegó a la expulsión de Grecia del bloque, beneficiaría a los partidos antieuropeos, en auge en los sondeos.

Entrevistados: Eulalia Rubio, investigadora del Instituto Jacques Delors en París y especialista del presupuesto europeo, Diego Iscaro, economista de la consultora IHS Markit en Londres, y Neny Nikolau, dentista en un hospital solidario de Atenas.
 

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