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Economía

¿Cómo los países embargados usan la criptomoneda para sortearlo?

A medida que el creciente conflicto comercial entre China y Estados Unidos hace temer una nueva guerra de divisas, cada vez más estados comienzan a crear su propia criptomoneda. Algunos gobiernos cuentan con sus “criptoactivos” para asegurar su economía, otros pretenden utilizarlos para contrarrestar un embargo impuesto por Estados Unidos.  

En esta ilustración, un Smartphone muestra el valor en la bolsa del Litecoin, una moneda electrónica.
En esta ilustración, un Smartphone muestra el valor en la bolsa del Litecoin, una moneda electrónica. Guillaume Payen/SOPA Images/LightRocket via Getty Images
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Por la periodista del servicio económico de RFI, Agnieszka Kumor 

 ¿Podrían las criptomonedas convertirse en un instrumento de la política monetaria de los Estados?

Antes que nada, ¿qué es una criptomoneda también llamada criptoactivo? Es una moneda virtual emitida sin control bancario. No hay billetes ni monedas. Las criptomonedas son una secuencia de números almacenados en una computadora en forma de bloques, blockchain.

Es esta tecnología la que permite almacenar y transmitir información de una manera transparente y segura. Los "mineros" se utilizan para validar las transacciones. Su trabajo es decodificar la cadena de bloques, lo que permite intercambiar estas monedas virtuales. Este proceso consume mucha energía.

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En Túnez experimentan

Desde 2015, el gobierno de Túnez trabaja en un proyecto de obligaciones soberanas que sería emitido en bitcoin, una de las criptomonedas más conocidas. El gobernador del Banco central del país (BCT) declaró que las tecnologías bitcoin e Hyperledger, la estrella de las plataformas de desarrollo de blockchain, representan una herramienta útil para luchar contra el lavado de dinero y el terrorismo internacional. Túnez lucha desesperadamente contra eso, pero su lucha es inútil. En febrero de 2018, el país fue incluido en la lista negra del Parlamento europeo por su exposición al lavado de dinero y al financiamiento del terrorismo. Es por esta razón que Bithumb, la bolsa más grande de criptomonedas de Corea del Sur, excluyó a Túnez de su plataforma de intercambio. Antes de (ironía de la historia) ser pirateados por hackers.

Otros países siguen los pasos de Túnez: China, Rusia, Irán, Brasil, Uzbekistán, Kazajstán, así como Arabia Saudita, conjuntamente con los Emiratos Árabes Unidos, se embarcaron en el desarrollando su propia criptomoneda. Entre los países europeos esta Estonia que en 2017 realizó una consulta sobre la creación de una criptomoneda nacional llamada estcoin. El país quería ofrecerla a 20.000 e-residentes, es decir, empresarios extranjeros que deseaban crear una empresa a distancia vía internet. Pero fue evitado por el Banco central europeo (BCE), que le prohibió introducir su propia moneda nacional. Dado que el país es miembro de la zona euro, está prohibida cualquier competencia con la moneda europea.

Por el momento “ningún país ha creado una criptomoneda que funcione”, indica Owen Simon, fundador de Just Mining, una empresa especializada en la inversión en criptomonedas. La mayoría de las veces, estos proyectos apoyados por el gobierno no son concluyentes, no están relacionados con la economía real. ¿Esta situación podría cambiar algún día? 

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Venezuela, mucho ruido para nada

Si hablamos de fracasos, Venezuela es un buen ejemplo. En 5 de noviembre de 2018 inauguró por todo el alto el petro, la criptomoneda venezolana que debía permitirle al presidente Nicolás Maduro de sortear el bloqueo norteamericano y facilitar las transacciones internacionales de un país cuya inflación es record. 1’000.000%, es la más alta en el mundo. 

Como el precio del petro está indexado al precio del barril de petróleo crudo, el estado venezolano se ha comprometido a producir tantos barriles como emitiría de petros. El problema: los periodistas de la agencia Reuters investigaron. Estuvieron en Atapirire, un lugar de 1.300 habitantes en el centro del país. La región debía abastecer 5 mil millones de barriles de crudo anuales necesarios para garantizar la emisión de la criptomoneda. No encontraron ni petróleo, ni muchos menos petros, solamente caminos destruidos y una población hambrienta, según los periodistas de Reuters. El petro, la flamante criptomoneda venezolana ha sido relegada al olvido.

Rusia en la sombra

Según el semanario norteamericano Time, Rusia habría ayudado a Venezuela a desarrollar su proyecto de criptomoneda para escaparse a las sanciones impuestas por Washington. Rusia, en efecto, sufre las consecuencias del embargo europeo instaurado desde la adhesión de Crimea a su territorio en 2014. Moscú prefirió intentar la aventura con el bolívar venezolano que no vale nada, que con su propia divisa, el rublo, a la que trata salvar de la inflación.

La moda del bitcoin también pasó por Moscú. En 2017 el presidente ruso Vladimir Poutine ordenó la creación de “cryptorouble”, pero la SberBank, el banco más grande de Rusia y encardado del desarrollo de esta moneda virtual, suspendió el proyecto debido a un desacuerdo entre la agencia de regulación financiera y el banco central del país, reacio a la industria de las criptomonedas.

>>>Lea también: La moneda rusa en caída libre

Irán quiere su propia criptomoneda

Sortear el embargo norteamericano, defender su estado de la dominación financiera de Estados Unidos es el sueño del país de los ayatolás. Sobre todo que en Irán la energía necesaria para el decodificado de la moneda virtual es la más barata del mundo. Incluso si en 2018 prohibió el bitcoin, en 2019, el gobernador del Banco central iraní (CBI) declaro que el sector de la criptomoneda (moneda virtual pero indexada al petróleo) debería ser reconocida como una industria oficial en Irán para permitirle al país beneficiarse de los ingresos fiscales y aduaneros.

>>>Escuche también: Las sanciones debilitan la economía iraní

¿Hacia un yuan “numérico”?

¿Una criptomoneda bajo el control del estado? China también lo piensa. Hace dos años inició el proyecto de una criptomoneda nacional bajo el control del Banco central chino. Pero paralelamente, Pekín prohibió el comercio y las operaciones financieras con otras monedas virtuales. Un decreto estaría por emitirse en el que se prohíbe el bitcoin así como otras criptomonedas extranjeras. China considera que las instalaciones necesarias para extraer estas monedas digitales son un desperdicio de recursos y contaminan en exceso. Claramente, el país asiático desea controlar su moneda nacional, sea física o virtual.

Revolución industrial, acto 3

Muchos acciones, pocos hechos. Pero la idea de creación de una criptomoneda nacional sigue su curso en los bancos nacionales de los países interesados. “No me sorprendería que algún día el euro (€) se convierta en un criptoeuro”, reconoce Owen Simonin, pero por el momento los países no lo necesitan y no lo desean. “El sistema financiero funciona muy bien desde el punto de vista de los estados. Son los ciudadanos que lo consideran ineficaz y piensan que es abusivo”, estima el CEO de Just Mining. Según él, algunos estados decidieron de crear su propia criptomoneda por miedo de ver que el bitcoin tome mayor impulso. Pero en el futuro “una criptomoneda nacional será creada”.

Mejor aún, la tercera revolución industrial, después del vapor en el siglo XVIII y del petróleo en el siglo XIX, estaría en marcha. Frank Guiader lo asegura. Según el director de la firma Gide 255 y ex director de la división Fintech, Innovación y Competitividad de la Autoridad de mercados financieros (AMF): “Somos testigos de la preparación de la tokenización de la economía. ¿Qué es? Es la representación numérica de un activo en la blockchain. Tarde o temprano el conjunto de industrias tendrán en cuenta esta tecnología, que es una secuencia de números almacenados en una computadora en forma de bloques. Es exactamente este tipo de tecnología el que permite emitir lo que llamamos criptomonedas o criptoactivos.

>>>Lea también: ¿Vale la pena comprar bitcóins?

Un cambio tecnológico profundo

La economía numérica está cambiando. “Los gobernantes, los Bancos centrales analizan el interés por esta nueva tecnología llamada blockchain. La transición tecnológica está en camino y es tan importante como la transición numérica de hace 30 años”, señala Franck Guiader.

Europa intenta armonizar ciertos aspectos jurídicos de diferentes criptomonedas. Se conocen cada vez mejor los riesgos y las ventajas de su uso. “Una vez que la industria, la economía real y la sociedad civil demuestren su interés y capacidad para utilizar esta nueva lengua, seguro se creará una herramienta de intercambio basada en ello”, concluye el director del gabinete Gide 255.

Pero esta revolución ya está en marcha.

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