París acoge una cumbre sobre Ucrania eclipsada por la crisis siria
Los líderes de Francia, Alemania, Rusia y Ucrania tienen cita este viernes en la capital francesa para discutir sobre el conflicto entre Kiev y los separatistas prorrusos. Sin embargo, el motivo del encuentro podría pasar a un segundo plano por la crisis siria, en la que Moscú, sancionado por la UE, ha cobrado un inesperado protagonismo.
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El presidente francés François Hollande recibe este viernes en París a su pares de Rusia, Vladimir Putin, de Ucrania, Petro Poroshenko y la canciller Alemana Angela Merkel.
En la agenda figura la consolidación de la precaria paz en Ucrania y una eventual suspensión de las sanciones que pesan sobre Moscú por su papel en esta crisis. Sin embargo, en la cita se ha colado un asunto más apremiante tanto para Putin como para París y Berlín: el conflicto sirio en momentos en que el Kremlin empezó a bombardear objetivos en Siria.
Tanto Kiev como los occidentales esperan separar la crisis siria del motivo inicial de la renunión.
"El tiempo apremia. Hay que trabajar al máximo nivel, crear un clima, promover el conjunto para intentar superar los obstáculos" para conseguir la aplicación concreta de los acuerdos Minsk-2 este mismo año, señalaron fuentes de la diplomacia francesa.
Los acuerdos Minsk-2, logrados el 12 de febrero por los mismos protagonistas en la capital bielorrusa tras una noche de duras negociaciones, buscan una solución al conflicto que opone a rebeldes prorrusos y ejército ucraniano y ha dejado más de 8.000 muertos en el este ucraniano desde abril de 2014.
Se espera que Hollande y Merkel mantegan sendas reuniones son Putin para evocar el tema sirio. Para Putin, es la ocasión de recobrar protagonismo en la escena internacional tras el ostracismo decidido por los europeos, que acusa a Rusia de haber mandado soldados y armas para apoyar a los rebeldes de Donbass y por ello objeto de duras sanciones occidentales.
"El último punto de los acuerdos de Minsk es la 'normalización' en Ucrania, es decir la retirada de las fuerzas estacionadas en ese país y la seguridad de la frontera ruso-ucraniana", de las que 400 km están ahora en manos de separatistas, estimó una fuente oficial francesa.
Entre los reclamos de Kiev, figuran la anulación de las elecciones programadas por los separatistas el 18 de octubre en Donetsk y el 1 de noviembre en Lugansk, así como la liberación de todos los prisioneros, incluyendo la piloto Nadia Savtshenko, centro de un proceso muy controvertido en Rusia.
Moscú podría esperar una reducción de las sanciones que pesan mucho en su economía, si se concretan los acuerdos de paz, una cuestión que se planteará en diciembre en Bruselas.
Por lo pronto, Kiev teme que Moscú utilice la crisis siria para desviar la atención de Ucrania y, después de unas palabras poco concretas de Hollande, que los occidentales bajen la guardia en materia de sanciones.
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