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Reino Unido/Unión Europea

Theresa May, en Berlín y París para negociar y dividir

Después de su visita a Alemania este miércoles, la nueva primera ministra del Reino Unido, Theresa May, efectúa una visita a Paris este jueves. Se trata de sus primeros viajes oficiales de al exterior desde que asumió el 13 de julio la jefatura del gobierno británico.

La canciller alemana Angela Merkel y la primera ministra británica Theresa May durante una conferencia de prensa en Berlín, el 20 de julio de 2016.
La canciller alemana Angela Merkel y la primera ministra británica Theresa May durante una conferencia de prensa en Berlín, el 20 de julio de 2016. AFP/John MacDougall
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Por Dorian Colson-Roy

El objetivo principal de la jefa del gobierno británico en Alemania era “preparar su salida de la Unión Europea” y hablar “de la manera en que el Reino Unido y Alemania pueden trabajar juntos”. En la capital francesa, la primera ministra británica hablará con el presidente François Hollande de “la lucha contra el terrorismo, la puesta en marcha del Brexit y asuntos de interés bilateral”, indicó la presidencia francesa.


Una visita productiva en Alemania

Después de comprometerse a obedecer el mandato del 52% de los británicos del 23 de junio pasado y renunciar a la presidencia rotativa del Consejo de la UE, May y la canciller alemana Angela Merkel coincidieron en que el Reino Unido necesita tiempo para notificar su salida de la UE. “Es el interés de todos que el Reino Unido pida esta salida cuando tenga una posición de negociación bien definida”, dijo Merkel en una rueda de prensa en Berlín.

Para la canciller alemana, “una buena preparación es importante”, mientras que May reafirmó que su país no pedirá oficialmente abandonar la Unión Europea “antes del fines” de 2016, con el objetivo de preparar una marcha ordenada y prudente. Así, la posición de Angela Merkel influye para permitir a Londres mantener el control del calendario para activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que estipula la cláusula de retirada de la UE.

Esa flexibilidad se nota también con las futuras negociaciones entre los dos países. Efectivamente, esa buena voluntad mostrada por Merkel tiene que ver con los intereses mutuos en mantener buenas relaciones políticas y económicas. Con 8% de sus exportaciones destinadas al Reino Unido, ese país es el tercer mayor comprador de productos alemanes, en los que el año pasado se gastó 89.000 millones de euros.

Así, ofreciendo tiempo a Reino Unido, la canciller alemana prepara su futura relación bilateral con los británicos.

Una segunda visita oficial en Francia que defiende una posición más firme
Hasta ahora, François Hollande insistió más que su homóloga alemana para que el Brexit se haga rápidamente. Sin embargo, si los diplomáticos franceses parecen aceptar la idea de dar “algunos meses” a Londres para notificar oficialmente a Bruselas de su salida, como lo estipula la regla, no es cuestión de crear un " estatuto especial " que provocaría largas negociaciones.

“El Reino unido no puede decir: ‘eso es lo que me interesa en la relación con la UE y eso lo que no quiero, y pues vamos a tratar de configurar un nuevo acuerdo ', esto no es posible ", resume un diplomático. Además, Francia no tiene los mismos intereses comerciales y financieros que Alemania. Efectivamente, el Brexit podría ser una oportunidad a París, para convertirse en una plaza financiera más potente, como lo muestra la voluntad reciente de Manuel Valls de facilitar la llegada de inversores extranjeros.

Sin embargo, esta visita es la ocasión abordar el tema de “lucha contra el terrorismo”, y más precisamente reforzar la cooperación europea de seguridad y de defensa, mientras que con la salida de Reino Unido, saldrá también el primer presupuesto militar nacional de la UE.

Theresa May quiere aprovechar de las disensiones franco alemanas
“Dividir para reinar mejor”. Es esta estrategia que decidió aplicar Theresa May durante sus dos visitas de la semana. La primera divergencia fue la posición de las dos grandes potencias de la UE sobre el proceso de salida. Por un lado, Angela Merkel acaba de reafirmar “que una buena preparación es necesaria”, cuando Francia quiere arreglar este asunto más rápidamente.

Otra divergencia, las futuras relaciones bilaterales económicas. Eso tiene que ver con la diferencia de intereses que tienen Alemania y Francia con el Reino Unido. Efectivamente, Alemania aparece más dependiente del Reino Unido que su vecino francés. El prestigioso instituto de estudios económicos DIW estimaba hace pocas semanas que la salida de Reino Unido de la UE le costaría a Alemania un tercio del crecimiento del PIB que prevé para este año: un 0,5% del 1,4% estimado para 2016.

Después de haber reafirmado la futura salida de la UE de su país, esas primeras visitas a las dos potencias de la UE antes de ir a Bruselas, demuestran la voluntad inglesa de romper con la UE pero guardar relaciones bilaterales múltiples con los países que la componen. Frente a la economía Alemania muy dinámica, basada en la financia y las exportaciones, y Francia que quiere reafirmar la cohesión europea, es cierto que Theresa May puede aprovechar las divergencias para conseguir el mejor acuerdo posible de libre cambio con Alemania.
 

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