Merkel decidida a mantener su política de acogida de refugiados
La jefa de gobierno alemana Angela Merkel defendió con firmeza el jueves su política de acogida de refugiados a pesar de las críticas después de los atentados cometidos por solicitantes de asilo.
Primera modificación:
Hace cerca de un año, mientras decenas de miles de migrantes acudían a Alemania, la canciller alemán intentó tranquilizar a su país repitiendo una máxima: "¡Lo lograremos!".
Hoy en día, según sus detractores, los dos ataques reivindicados por el grupo yihadista Estado islámico en julio, perpetrados por refugiados en suelo alemán así como las agresiones sexuales el 31 de diciembre en Colonias son la prueba de su fracaso.
Pero Merkel reiteró el jueves en Berlín durante una rueda de prensa su determinación. "Estoy hoy, como ayer, convencida de que lograremos llevar a buen puerto esta prueba histórica", insistió, "vamos a lograrlo y ya hemos conseguido muchas cosas".
Los yihadistas "quieren cuestionar nuestra disposición para acoger a la gente que sufre. Lo rechazamos con firmeza", dijo la líder conservadora.
Medidas de seguridad
"Un país como Alemania no puede renunciar a su responsabilidad humanitaria, sino que, al contrario, debe asumirla", recalcó la mandataria.
Por otro lado, la canciller anunció algunas medidas para facilitar la expulsión de refugiados a quienes se les haya rechazado el asilo o que infrinjan la ley y para detectar mejor la radicalización islamista entre los solicitantes de asilo.
Además, Merkel evocó la posibilidad de que el ejército alemán intervenga para mantener la seguridad interior en el caso de que se produzcan grandes atentados, algo que supondría un gran cambio para Alemania, donde las competencias de los militares están muy delimitadas desde la época nazi.
Presión de la extrema derecha
La canciller se encuentra bajo una alta presión desde que dos atentados, reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico, fueran cometidos en el lapso de una semana en Baviera (sur) por solicitantes de asilo. Uno, cerca de un festival de música en Anasbch el pasado domingo y otro, el 18 de julio, en un tren, en Wurtzburgo. Por otro lado, un joven desequilibrado mató a nueve personas en Múnich el 22 de julio, aunque se trataba de un acto no vinculado al islamismo radical.
Tras haber recibido a más de un millón de refugiados en 2015, el número de llegadas de refugiados al país se ha reducido considerablemente: unos 100 diarios en la actualidad.
Los atentados se produjeron unas semanas antes de las elecciones regionales en el feudo de Merkel, Mecklemburgo (noreste), donde su partido le saca una estrecha ventaja en los sondeos a la derecha populista de Alternativa por Alemania (AfD).
Elecciones locales, el test
Según Nikolaus Werz, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Rostock, en Alemania los atentados “van a influir mucho sobre las elecciones regionales del 4 de septiembre en Mecklemburgo (noreste) y dos semanas después en Berlín”, dijo en entrevista con RFI. El partido político xenófobo AFD, ya alcanzaba el 19% de intenciones de voto en las encuestas en Mecklemburgo, antes de los ataques.
Dicho partido podría nutrirse de lo ocurrido para justificar su discurso anti inmigrantes ya que 3 de los 4 asaltantes de los recientes ataques del mes de julio eran refugiados. Dos eran sirios, uno afgano y todos eran solicitantes de asilo.
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