Portugal, un país conmocionado por el gigantesco incendio
Mientras el balance de víctimas asciende a 64 muertos y 135, los portugueses se preguntan sobre las fallas en las medidas de prevención y coordinación de tareas de rescate que permitieron el avance de un fuego tan veloz y letal.
Primera modificación:
Con Marie de la Moissonnière, enviada de RFI a Portugal
Este martes, el fuego en torno a Pedrogao Grande, en el centro del país, debería estar controlado "hacia el final de la mañana", esperaba Vitor Vaz Pinto, responsable de protección civil, gracias al trabajo de los 1.150 bomberos y cerca de 400 vehículos que seguían movilizados.
Las columnas de humo continuaban alzándose en las colinas cercanas. Algunas de color negro indicaban la presencia de fuegos activos.
En un cielo más despejado que la víspera, pero aún cruzado por una capa de humo, los aviones antiincendios proseguían sus idas y venidas, cargando agua en un lago cercano al pueblo de Pedrogao Pequeno.
Once aviones de lucha contra el fuego enviados por países vecinos fueron desplazados a la zona. En todo Portugal, cerca de 2.000 bomberos están movilizados en 80 frentes.
Portugal tuvo que llamar a los países vecinos para hacer frente a la tragedia. Francia, Italia y España enviaron aviones hidrantes para luchar contra las llamas. La velocidad y la violencia del incendio son evocadas en todos los testimonios de la población.
El origen del incendio fue una tormenta eléctrica y un rayo, luego, a raíz del viento, el fuego se propagó muy rápidamente en este bosque de pinos y eucaliptos extremadamente seco en esta época de canícula, indicaba este lunes un bombero.
El balance en vidas humanas es extremadamente elevado, con 64 muertos y 135 heridos, lo que plantea varios interrogantes. La prensa local expresaba esta desazón: "¿Cómo ha podido ocurrir esto?", se preguntaba el Jornal de Noticias. "¿Por qué?", interpelaba Publico.
Este diario recordaba el martes que el plan de lucha contra el fuego debe ser actualizado cada dos años, pero que en los últimos tiempos "el tema de los incendios forestales no fue considerado como urgente" por el parlamento portugués.
El Jornal de Noticias señalaba el problema de las antenas de comunicación de los servicios de socorro, que parecían haber sido dañadas por el calor del incendio, lo que habría retrasado el trabajo de los bomberos.
Según las autoridades, gran parte de las víctimas murieron en sus vehículos al verse rodeados por las llamas cuando circulaban por la nacional 236 que enlaza Figueiro dos Vinhos con Castanheira de Pera el pasado sábado.
Una asociación de protección del medio ambiente denunció la política forestal del gobierno sobre la gran cantidad de eucaliptos plantados y la falta de desmalezamiento.
Un bombero se preguntaba sobre si los servicios de rescate habían funcionado correctamente, mientras un habitante cuestionaba la coordinación del salvataje. Muchas víctimas aseguran que han debido arreglárselas solas. Sin embargo, por lo pronto no es momento de polemizar.
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