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Enfoque Internacional

Migrantes: el plan de acción de Europa en África

Primera modificación:

En una mini cumbre euroafricana, los dirigentes de Francia, Alemania, Italia y España acordaron instalar puntos de control migratorio en dos países africanos, Chad y Níger, a cambio de más ayuda en materia de cooperación migratoria.

Migrantes descansan en Tarifa tras haber sido rescatados de las aguas, el 16 de agosto de 2017.
Migrantes descansan en Tarifa tras haber sido rescatados de las aguas, el 16 de agosto de 2017. JORGE GUERRERO / AFP
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El presidente francés Emmanuel Macron, que impulsó esta propuesta, explicó en qué consistiría los puntos de control fronterizos europeos en suelo africano: "Lo que hemos decidido es tener un tratamiento humanitario a la altura de nuestras exigencias, es poder, en zonas identificadas y seguras, en Níger y Chad, bajo la égida del Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados, identificar a los migrantes que tienen derechos al asilo, ponerlos en seguridad, y darles la posibilidad de iniciar el trámite desde el territorio africano. Es importante porque permite evitar a mujeres y hombres tomar riesgos inconsiderados en una zona extremadamente peligrosa, el desierto y el Mediterráneo. También tendremos la posibilidad de organizar el regreso a los países de origen con acciones de cooperación directa país por país, y con una acción en materia de desarrollo".

La idea de abrir el derecho al asilo desde África para evitar la peligrosa travesía del Mediterráneo que ha causado 14.000 muertos desde 2014 genera perplejidad entre los observadores y las ONG. Organizaciones de defensa de los migrantes como la Cimade critican la externalización de las fronteras europeas y la distinción entre migrantes económicos y los que huyen de la guerra y que tienen derecho al asilo. El politólogo Sami Naïr, ex responsable de los temas migratorios en los años 90 en Francia, considera por su parte que el plan de Macron es insuficiente.

Con excepción de Alemania que abrió sus puertas a cerca de un millón de refugiados principalmente sirios en 2015, Europa mantiene su política de restricción de la inmigración. Para ello ha firmado un controvertido tratado de repatriación automática a Turquía de los migrantes que intentan llegar a Europa desde ese país. Además, se intensificó la lucha contra la inmigración ilegal en las costas libias con operativos militares marítimos para disuadir la travesía en balsas. Estas acciones han permitido reducir el flujo de migrantes hacia Grecia e Italia, pero se reorienta hacia Marruecos y España.

A la mini cumbre en el palacio presidencial del Elíseo en París asistió también el jefe del gobierno de Libia, país de tránsito de la mayoría de los migrantes que se lanzan hacia Europa. Francia renunció finalmente a instalar puntos de control migratorios en ese país, fracturado entre diversas facciones armadas desde la caída de Muhamar Gadafi.

La idea parecía más delicada aun cuando sabemos que los migrantes en ese país son víctimas de violencia extrema, según un informe de Naciones Unidas. Además de estar detenidos de manera arbitraria en campos, son víctimas de trabajo forzado y de otras violaciones a los Derechos Humanos. Este martes, el secretario general de Naciones Unidas António Guterres llamó a Libia a liberar de inmediato a los migrantes más vulnerables detenidos en ese país.

Entrevistado: Sami Naïr, politólogo.

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