Cataluña: la fragmentación política amenaza con sobrevivir a las elecciones
Una sociedad catalana profundamente dividida decidirá el jueves si renueva o no su confianza en los independentistas, en unas elecciones regionales excepcionales convocadas tras la destitución del ejecutivo secesionista, cuyo presidente Carles Puigdemont está en Bélgica y parte de su gobierno en la cárcel.
Primera modificación:
Por Raphael Moran, enviado especial a Barcelona
El futuro político de Cataluña es sin duda el tema tabú de las comidas familiares de este fin de año. Muchos electores catalanes no han contado que evitarán hablar del independentismo catalán para no pelearse entre familiares.
La consulta popular separatista del 1 de octubre y la represión policial de Madrid para impedirla han dejado brechas aún abiertas en la sociedad catalana, partida entre independentistas y unionistas. En este segundo bando muchos podrían votar por la joven formación de centro derecha Ciudadanos, que ha hecho de la reconciliación su lema de campaña.
Por el contrario, los partidos independentistas mantienen su prioridad: la edificación de una república catalana. El ex presidente Carles Puigdemont ha hecho de estas elecciones regionales anticipadas una segunda vuelta del referendo ilegal de autodeterminación del 1 de octubre en el que los independentistas acudieron a votar en masa.
A la fractura entre constitucionalistas y separatistas se suman las divisiones entre liberales e izquierdistas. Pasado mañana Cataluña podría amanecer una vez más con un parlamento atomizado en siete bloques sin mayoría de gobierno, haciendo indispensables alianzas aún muy inciertas.
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