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Vida en el Planeta

El impacto del cambio climático en Svalbard

Primera modificación:

El Ártico se está calentando dos veces más rápido que el resto del planeta. Solían ser inusuales pero desde hace una década las lluvias invernales se han vuelto más frecuentes en el archipiélago noruego de Svalbard. La causa principal: el cambio climático.  

El chef Benjamin Windar creó un invernadero en el archipiélago de Svalbard.
El chef Benjamin Windar creó un invernadero en el archipiélago de Svalbard. DR Benjamin Widmar
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Por nuestra enviada en el círculo polar, Lucile Gimberg

"Los océanos del mundo se están calentando, entonces el agua que nos llega al Ártico es más caliente que nunca. Por eso el hielo se derrite", explica  Kim Holmen, director del Instituto Polar Noruego.  

Al reducirse la capa de hielo que cubre el océano, se restringe el espacio de caza del oso polar, animal emblemático de Svalbard.  "En el océano, hay menos plancton ártico y más plancton atlántico. Y esto tiene un impacto sobre todo el ecosistema", agrega el científico noruego.

>> Lea también: "El Ártico, con temperaturas anormalmente altas"

En la única ciudad del archipiélago, Longyearbyen, el deshielo del permafrost, ese suelo que permanece congelado a lo largo del año, desestabiliza las casas. Hay más avalanchas y desprendimientos de tierra. 

Sin embargo, para el alcalde Arild Olsen, el cambio climático también representa una oportunidad para su comunidad de 2.200 habitantes. "La biomasa del mar se está moviendo hacia el norte, el hielo se está derritiendo y se abren nuevas rutas marítimas. Así Svalbard se está convirtiendo en un lugar estratégico", resalta el alcalde. 

Un chef ecologista

Las áreas protegidas cubren más de un 60% del archipiélago, pero la ex comunidad minera se alimenta y se calienta gracias al carbón e importa todo lo que come.

Por eso, el chef Benjamin Widmar desarrolló un invernadero. Lo describe como "un domo, donde cultivamos desde mediados de abril hasta finales de septiembre". 

En su invernadero en verano y dentro de la casa durante el invierno, Benjamin y su colega Amir logran cultivar disminutas verduras: brotes de cilantro, rúcula, albaca. Crian también codornices que dan huevos para vender y tienen gusanos para hacer compost. 

"Todo lo que consumimos llega en barco y luego se mandan los desechos de vuelta al continente, también en barco. Enviamos cartón, vidrio, papel, aluminio.
Con proyectos como éste, podemos reducir los viajes en barco, reducir las emisiones de dióxido de carbono, tener comida más fresca y utilizar mejor nuestros recursos", afirma Benjamin Widmar.

Su proyecto de permacultura polar de tiene éxito en los restaurantes y hoteles locales. 

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