Macron promete medidas concretas para los suburbios pobres
Se trata del rompecabezas de todos los gobiernos: ¿cómo mejora la situación en los suburbios urbanos? En estas zonas, el Estado está ausente en muchos ámbitos, se concentra la pobreza, el desempleo y se registran bolsas de radicalización islámica. No habrá un nuevo plan Marshall, prometió Emmanuel Macron este martes, pero sí medidas concretas.
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Esto no es un enésimo plan para los barrios pobres de las grandes ciudades, aseguró este martes Emmanuel Macron frente a 600 habitantes y actores de estos suburbios marcados por la pobreza, el desempleo y la violencia.
La estrategia de diseñar políticas específicas para dichos distritos, nacida en los años 70 bajo el título de "política de la ciudad", es "tan vieja como yo", dijo el presidente francés, de 40 años. Para él, ya no sirve. Medidas concretas y de aplicación rápida, es lo que preconiza el gobierno.
Para hacer frente a las dificultades que se acumulan en estos barrios, Macron anunció más plazas en jardines infantiles, 30.000 prácticas en empresas para los adolescentes de barrios pobres, una operación de renovación urbana. También se creará una "agencia de cohesión de los territorios" para enfrentar la falta de equipamientos tanto en las ciudades como en las zonas rurales desfavorecidas.
Violencia y radicalización
Después de recordar que este lunes policías fueron amenazados por hombres con kalashnikov en un distrito de Marsella, el mandatario prometió un plan contra el tráfico de drogas "de aquí a julio". Confirmó también algo que ya había anunciado: se desplegarán 1.300 policías suplementarios en dichos barrios. Frente al desafío de la radicalización islámica, Macron respondió positivamente a una demanda de los alcaldes: serán informados por el Estado de la presencia, en sus municipios, de personas registradas por los servicios de inteligencia por radicalización.
'Movilización general' de las grandes empresas
Con respecto al alto desempleo, principal problema en los suburbios, el jefe del Estado francés llamó a la "movilización general" de las 120 empresas más grandes del país y prometió que se organizarán pruebas antidiscriminación en sus recintos.
Una serie de medidas que, Macron lo asegura, constituye "un nuevo método" pero que fue presentada sin ninguna cifra global para financiarlas.
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