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Mundial Rusia 2018

¿Qué ocurrió con los activistas que interrumpieron la final del Mundial?

Cuatro militantes del grupo Pussy Riot invadieron por un momento el césped sobre el que se jugaba este domingo la final del Mundial en Rusia. Fueron retirados por agentes de seguridad y luego detenidos por la policía de Moscú. Quedarán bajo arresto durante 15 días.

La banda contestataria explicó que pretendía llamar la atención sobre el problema de los presos políticos en Rusia.
La banda contestataria explicó que pretendía llamar la atención sobre el problema de los presos políticos en Rusia. Mladen ANTONOV / AFP
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Vestidos con uniformes de policía, los instrusos activistas entraron corriendo al partido y una de ellos chocó de manos con el jugador francés Kylian MBappé. Tras esta corta irrupción, fueron evacuados y entregados a la policía de Moscú, figura que irónicamente trataban de denunciar con este acto.

Poco después, el grupo de protestas ruso Pussy Riot afirmó en las redes sociales que sus miembros habían organizado este acto. “Debemos hablarles de los policías celestes y de los policías terrestres”, explican tres activistas en un video, disfrazadas de “policías celestes”: aquellos “que vigilan a los hinchas del Mundial (...) y el respeto de las reglas de juego", a diferencia de los "policías terrestres" rusos que "dispersan las manifestaciones" y "lastiman a todo el mundo", según el grupo.

La banda contestataria explicó que pretendía llamar la atención sobre el problema de los presos políticos en Rusia y que reclama principalmente la liberación del director de cine ucraniano Oleg Sentsov, condenado por la justicia rusa por "terrorismo" y "tráfico de armas".

Tras horas de detención, las tres mujeres y el hombre fueron llevados ante un juez del tribunal Khamovnichesky, en Moscú. Allí fueron sentenciados todos a 15 días de arresto y fueron vetados de eventos deportivos.

Un video difundido por el emblemático opositor político ruso Alexey Navalny muestra a dos de los activistas detenidos riéndose al ser interrogados, previamente a su paso ante el tribunal, por un policía que afirma “lamento que no estemos en el año 1937”, en referencia a la Gran Purga, un periodo de violentas persecuciones políticas en la Unión Soviética de Stalin.

 

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