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Francia

Hollande enfrenta una movilización sin precedentes a un año de las elecciones

La manifestación que convocó el miércoles a cientos de miles de trabajadores y estudiantes contra la impopular reforma laboral impulsada por el gobierno socialista pone de relieve las tensiones y divisiones en el electorado de izquierda. Esta inédita protesta del electorado progresista contra François Hollande es un aviso de alerta a 14 meses de los comicios presidenciales.

Unas 200.000 personas protestaron en toda Francia contra la reforma laboral impuslada por el gobierno francés.
Unas 200.000 personas protestaron en toda Francia contra la reforma laboral impuslada por el gobierno francés. © REUTERS/Jean-Paul Pelissier
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Con el gobierno dividido, los sindicatos y los estudiantes en la calle, el socialista François Hollande enfrentó este miércoles una inédita protesta (más de 224.000 personas se movilizaron en toda Francia, según el ministro del Interior).

La manifestación, sin precedentes desde que Hollande llegó a la presidencia en 2012, tenía por objeto denunciar una impopular reforma laboral impulsada por la ministra del Trabajo, Myriam El Khomri.

La reforma incluye medidas que otorgarían más flexibilidad a las empresas para contratar y despedir a los trabajadores, en un intento por doblegar el desempleo que ronda el 10,2% y que afecta principalmente a los jóvenes (24%).

Además reduciría el pago de horas extra más allá de la jornada laboral de 35 horas semanales, que fue instaurada en la década de los 90 en un intento de los socialistas para impulsar el empleo.

La afluencia en las calles podría haber sido superior, pero ya se anuncian nuevas manifestaciones que el gobierno no puede ignorar. Aunque Hollande ha supeditado públicamente una nueva candidatura a lograr que baje el desempleo, ver al electorado de izquierda en las calles un año antes de las elecciones es de mal augurio. Así lo entendió el líder derechista Nicolas Sarkozy, quien describió el miércoles con ironía un “ambiente de fin de reinado”.

“Todos los que están en la calle son electores decepcionados. Pongámonos en su lugar. Les prometió una política e hizo lo contrario”, sostuvo.

Consciente del peligro, Hollande y su primer ministro, Manuel Valls, hicieron saber que estaban dispuestos a negociar aspectos del proyecto, como gravar los contratos de trabajo de corta duración. Además, el jefe de Estado se abocará a ser más pedagógico para que su plan sea aceptado. En este marco, este jueves visita una fábrica en la periferia de París para hablar de empleo.

Va a necesitar todo su poder de seducción. Su popularidad se halla por los suelos, en un mínimo histórico de 15%, a 14 meses de los comicios de mayo de 2017.
 

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