Saltar al contenido principal
Francia hoy

La difícil ecuación del islam en Francia

Primera modificación:

El islam en Francia, un concepto difícil de definir pero del que la clase política local no se cansa de hablar en el último tiempo. Un tiempo marcado por los atentados en Niza y Normandía y por el debate en torno al uso del burkini, el bañador islámico.

Ceremonia en homenaje al padre Jacques Hamel, el 28 de julio de 2016, en Saint-Etienne-du-Rouvray, donde fue asesinado por dos seguidores del grupo Estado Islámico.
Ceremonia en homenaje al padre Jacques Hamel, el 28 de julio de 2016, en Saint-Etienne-du-Rouvray, donde fue asesinado por dos seguidores del grupo Estado Islámico. Reuters
Anuncios

Las autoridades quieren reformar el islam y acercarlo, dicen, a los valores de la República francesa, intrínsecamente laica. ¿Pero por qué querer reformar el islam? Lo cierto es que la contingencia ha sensibilizado la relación entre el Estado, la clase política y los cerca de cuatro millones de personas que, se calculan, conforman la segunda religión de Francia, aunque la misma laicidad del país impide contar a los ciudadanos en base a su creencia religiosa.

Francia está en guerra contra el terrorismo y para ese combate necesita el respaldo de los musulmanes franceses. A ellos se les pide combatir desde dentro a aquellos en vías de radicalización, capaces de pasar al acto terrorista.

Marruecos, Túnez y Argelia son los países de mayor relación con los musulmanes en Francia y financian mezquitas en el país. Algo que quiere controlar el gobierno francés para evitar que imanes extremistas puedan extender su discurso en las mezquitas de Francia.

Sólo 20% a 30% de los imanes en Francia son de nacionalidad francesa, más de 300 se han desplazado desde otro país y reciben salarios desde allí. Muchos de ellos no conocen ni la lengua, tampoco el contexto cultural francés.

Para cambiar esa realidad, París ha puesto las fichas en la denominada Fundación para el Islam en Francia, un organismo que deberá ver la luz en los próximos meses y que tendrá como misión apoyar proyectos educativos y respaldar la formación de los imanes, aunque sin meterse en el aspecto teológico ya que la ley de 1905 que separa al Estado de la religión prohíbe eso, así como que se financien las mezquitas.

Los musulmanes critican las llamadas amalgamas, es decir, que se hable de islam y terrorismo como si fueran sinónimos. Pero también ponen en tela de juicio el que se les exija despojarse de cualquier simbolismo religioso en el espacio público, como ya se hizo con la burka. Es allí donde la práctica religiosa choca con el concepto de laicidad.

Ésa es la paradoja de las autoridades francesas: cómo controlar la financiación de las mezquitas, la formación de los imanes o el porte de símbolos en la vía pública sin inmiscuirse en la religión, ya que lo prohíbe la ley que separó definitivamente al Estado de la religión.

Entrevistado: Raphaël Liogier, sociólogo francés y autor del libro La guerra de civilizaciones no ocurrirá: coexistencia y violencia en el siglo XXI, Henri Peña Ruiz, doctor en Filosofía especialista en laicidad y profesor del Instituto de Estudios Políticos de París (al micrófono de Braulio Moro), Ahmed Meguini, presidente de la asociación por la defensa de la laicidad Laicart, y Samir Amghar, sociólogo experto en islam de European Foundation for Democracy.

Boletín de noticiasNoticias internacionales esenciales todas las mañanas

Siga toda la actualidad internacional descargando la aplicación RFI

Ver los episodios restantes
Página no encontrada

El contenido que solicitó no existe o ya no está disponible.