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Francia hoy

París, en busca de menos autos y contaminación

Primera modificación:

El consejo municipal de París resolvió que un sector de la orilla derecha del Sena vedará el ingreso de vehículos motorizados para luchar contra la contaminación.

Orilla derecha del Sena.
Orilla derecha del Sena. REUTERS/Charles Platiau
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En París, se registran a diario ocho millones de desplazamientos, y de estos ocho millones, un millón seiscientos mil se hacen en auto. Se calcula que 43.000 autos pasan por la margen derecha del río Sena, por una suerte de autopista situada en los muelles llamada Georges Pompidou, del nombre del presidente de Francia entre 1969 y 1974.

Menos contaminación pero un riesgo mayor de atascos

Una vía rápida inaugurada en los años sesenta y que une el oeste y el este de París. Mide trece kilómetros y cinco de ellos transcurren pegados al río. Los domingos una parte ya era peatonal, pero ahora, la alcaldía de París ha decidido cerrar a la circulación de forma definitiva algo más de tres kilómetros con el objetivo de luchar contra la contaminación acústica y medioambiental de la ciudad.

Para Thomas, es una buena decisión, un ejemplo de cómo las ciudades tienen que adaptarse para que las personas vuelvan a gozar plenamente del espacio urbano: "Mi opinión general es que es muy importante reapropiarse el espacio público en las ciudades y la peatonalización de esta zona contribuye a eso. Así que no sé exactamente qué consecuencias va a tener sobre la circulación, pero en principio me parece muy interesante ese concepto de volver a poner lo humano en el centro de la ciudad".

Yvonne es doctora y resalta los efectos beneficiosos para la salud si se reduce la circulación de los autos: "Tal vez perturbe la circulación, pero poder pasear a lo largo del Sena, sin mucho ruido y con un aire menos contaminado ¡es una suerte! La vida que tenemos nos enferma. Necesitamos una ciudad más humana y más verde para contribuir a una buena salud moral y física".

Algunos se muestran un poco más escépticos sobre los resultados, como Branco 38 años, que se mueve por la ciudad en bicicleta, pero también en moto: "Es una iniciativa bonita, pero no sé si es mejor para el medio ambiente y la circulación. Hay que estudiarlo bien para tomar una decisión. Tengo una bici y una moto, y la verdad es que era muy práctico ir en moto por esta vía".

Un enfrentamiento político entre el Ayuntamiento y la región

Mientras la mayoría de los parisinos –el 55% no tiene auto– celebra la medida, los conductores denuncian que lo único que va a provocar el cierre de la autopista urbana son más atascos en una ciudad ya muy congestionada por el tráfico. Además cristaliza el enfrentamiento político entre dos administraciones: la del Ayuntamiento de París, cuyo consejo municipal está controlado por la izquierda, y la región parisina, gobernada por la derecha de los Republicanos que se oponía al proyecto.

Según Simon Midal, vicepresidente de la asociación Automobile Club en París, "esta falta de concertación entre Ayuntamiento y región nos hace constatar, una vez más, que los que pagamos el pato somos los conductores. Habrá múltiples consecuencias del cierre. ¿Dónde irán a parar los más de 40.000 coches que circulan a diario por esta vía? Obligatoriamente habrá más tráfico y atascos en otros lugares de París, y eso se traduce por más contaminación. Esto va en contra de lo que la alcaldía quería".

El Ayuntamiento se defiende de las críticas asegurando que sí hay resultados y subraya que las mediciones que se han realizado no dejan lugar a dudas: sin coches en el perímetro concernido, se ha registrado una disminución de entre el 20 y el 35% de dióxido de nitrógeno, uno de los compuestos más contaminantes que libera la combustión de carburante a altas temperaturas. Simon Vidal, del Automobile Club, no pone en duda las cifras, aunque critica que el Consistorio no dé medidas alternativas.

¿Qué alternativas para los automovilistas?

Simon Vidal denuncia una lucha abierta contra los conductores: "Hay efectivamente una disminución del tráfico en París porque hay un número importante de automovilistas que están hastiados. Esto es cierto. Pero quiero destacar un aspecto: ¿quién utiliza el auto en París? Todos los pequeños empresarios que trabajan como fontaneros o en la construcción o este tipo de empleos y aquellas personas que pasan por la capital desde poblaciones vecinas para ir a su trabajo o a otros lugares. Así que hay una masa de gente que puede prescindir del auto pero otra parte no. Y eso también tiene que ver con los transportes públicos incapaces de absorber los desplazamientos. A ciertas horas del día, es imposible entrar en el metro. Lo que nos está diciendo el Ayuntamiento es: busquen uds mismos las soluciones para desplazarse porque nosotros lo que vamos a hacer es reducir la presencia de autos en la ciudad".

¿A largo plazo, qué consecuencias va a tener esta medida en París y en su región? ¿Se va a reducir la contaminación? ¿Los conductores encontrarán alternativas de transporte? Thomas Massin, que trabaja en la Agencia de Planificación y de Urbanismo de la región parisina, estima que “es demasiado temprano para saber qué va a ser el resultado real. Siempre hay atascos cuando hay un cambio, un tiempo de adaptación, y quizás sea temporal”. Además, recalca, hay otros medios de transporte que el transporte público: la caminata, la bicicleta, el auto compartido.

Esperando a los resultados de estos estudios que reconfortarán la tesis de la Alcaldía de París o la de sus detractores, miles de parisinos disfrutan de los muelles peatonales. Incluso nos cruzamos con personalidades como Laurent Fabius, exministro de Exteriores francés agarrado del brazo de su mujer.

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