Kigali investiga a militares franceses por el genocidio
La fiscalía ruandesa anunció la apertura de una investigación contra 20 militares franceses que a su juicio podrían estar involucrados en el genocidio donde unos 800 mil ruandeses, en su mayoría tutsis, fueron asesinados. Una decisión que podría afectar a las delicadas relaciones diplomáticas entre Kigali y París.
Primera modificación:
El presidente Paul Kagame venía amenazando con eso hace años. Y fue finalmente el procurador general de Ruanda, Richard Muhumuza, quien elevó una petición de ayuda mutua para que la justicia francesa facilite el interrogatorio de una veintena de militares franceses investigados por complicidad en genocidio y crímenes contra la humanidad.
Y aunque no se ha oficializado la lista con los nombres de los implicados todo lleva a pensar que se trataría de la misma que hizo pública el 31 de octubre pasado la Comisión nacional de lucha contra el genocidio (CNLG), donde figuraban los nombres de altos mandos del ejército francés que participaron de la denominada Operación Turquesa, de carácter humanitario y bajo mandato de Naciones Unidas.
Una lista de militares que en 2008 apareció junto a otra de civiles elaborada por la denominada Comisión Mucyo, entidad independiente creada por el presidente Kagame para reunir los elementos probatorios de la supuesta implicancia francesa en el genocidio que tuvo lugar en 1994.
Acusaciones cruzadas
Desde su llegada al poder, el año 2000, el presidente Kagame ha insistido en el nexo entre los franceses y el genocidio. Entre otras cosas, desde Kigali acusan a Francia de haber sido aliado del gobierno del entonces presidente Juvenal Habyarimana, con un programa abiertamente racista contra la minoría tutsi. También se le acusa de haber entrenado a soldados y milicias que llevaron a cabo, posteriormente, el genocidio.
Tras el derrumbe del avión del presidente Habyarimana, episodio que desencadenó cien días de macabra persecución contra los tutsis, el actual gobierno de Ruanda acusa a París de haber tenido un papel ambiguo con el gobierno interino hutu, convirtiéndose en el único país en recibirlo en el exterior, cuando el genocidio era un secreto a voces en el seno de la comunidad internacional.
Otras voces dicen que Francia se habría saltado el embargo que por ese entonces tenía Ruanda, entregándole armas, aunque no directamente, sino a través de otros actores. El nombre de un ex oficial de la gendarmería francesa es investigado actualmente, acusado por varias ONG por complicidad en el genocidio.
París ha negado de plano su participación en este genocidio. Ya en 1998 una comisión parlamentaria francesa, dirigida por el entonces diputado socialista Paul Quilès, exoneró a Francia de toda responsabilidad en el genocidio de 1994.
Hay que señalar que la actual artillería de acusaciones de Kigali contra Francia se intensificó luego deque el juez francés Jean-Louis Bruguiére emitiera una serie de mandatos, incluido contra el mandatario Kagame, con el fin de investigar el atentado del 6 de abril de 1994 en el que murió el presidente Habyarimana.
Entrevistado por RFI el abogado Alexandre Varaut, que defiende a uno de los coroneles que aparecería en la lista del fiscal Muhumuza, señalo que ‘se trata de una vieja historia que siempre se declina de la misma manera. Cuando Ruanda es contrariada, cuando se ejerce una presión para saber la verdad, responde de manera mecánica poniendo en entredicho a las más altas autoridades políticas y militares francesas’, asegura el letrado.
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