Hollande fuera, el primer ministro Valls a punto de lanzarse
La renuncia del presidente Hollande a lanzarse a la carrera presidencial debería desembocar en la candidatura de su jefe de gobierno Manuel Valls. Pero las divisiones en la izquierda francesa son abrumadoras.
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Oscilando entre muestras de lealtad y empujones hacia la salida, el primer ministro Manuel Valls ha sido uno de los artesanos de la renuncia del presidente socialista François Hollande.
Pocos días antes del anuncio sorpresivo del mandatario francés este jueves, Valls de hecho había desatado una crisis sin precedentes en las altas esferas del poder. “Estoy preparado” había declarado al diario del domingo, Le Journal du Dimanche, esgrimiendo que estaba dispuesto a presentarse incluso frente al presidente en las primarias del Partido socialista programadas para enero.
Hay pocas dudas por lo tanto sobre si el actual jefe del gobierno francés se lanzará a la carrera socialista en los próximos días. Tiene sin embargo que respetar cierto lapso de decencia, consideran algunos analistas. Sobre todo, no le espera un camino lleno de rosas.
Ciertamente, el hecho de que la derecha haya elegido a un candidato del ala más dura, François Fillon, que defiende un programa económico liberal y valores muy conservadores (aumento del tiempo de trabajo, cuestionamiento de la seguridad social, privatizaciones, entre otros), abre un nuevo espacio para el centro y la izquierda. Los candidatos de la izquierda podrán presentarse como los abanderados de la defensa del modelo social francés con un Estado fuerte frente a un programa de derecha que, ya han empezado a repetirlo, aumentará las desigualdades. Pero el problema está en el sujeto: LOS candidatos.
Si Manuel Valls entra en la competición de las primarias del Partido Socialista, “tiene posibilidades de ganar”, considera el profesor de ciencias políticas de la Universidad de Besançon, Mathieu Petithomme. Pero tendrá en frente a varios ex ministros de Hollande. Principalmente al ex titular de Economía, Arnaud de Montebourg, y al ex encargado de la cartera de Educación, Benoît Hamon, “dos representantes del ala más izquierda del partido”, muy críticos con la política de Hollande, demasiado liberal según ellos. Pero no solamente. “Y todos estos candidatos podrían unirse en una frente anti Manuel Valls de alguna manera”, opina Petithomme.
Valls tendrá que asumir el balance de Hollande
Y aún cuando ganara Valls las primarias de enero, la división de la izquierda es profunda. “Habrá al menos tres candidatos”, recuerda el politólogo: “el joven exministro de Economía, Emmanuel Macron, y el líder de la izquierda antiausteridad, Jean-Luc Mélenchon”, ambos rechazan participar en las internas.
Manuel Valls también deberá asumir el balance de su gobierno bajo la presidencia de Hollande, una de las razones del rechazo a la candidatura del mandatario “mientras que los otros o no han participado en este gobierno o han demitido por diferencias con la línea política”, prosigue Petithomme.
Habrá que ver qué capacidad tiene Valls de encarnar la función presidencial y de ser un líder político. Aparte de los resultados en materia de empleo, que recién se están sintiendo tímidamente, “el balance de Hollande no es tampoco tan malo, no es un balance de derecha: ha logrado legalizar el matrimonio homosexual, ha reducido los déficits públicos, ha congelado el número de funcionarios y tenido una importante política antiterrorista. El problema es que ha habido una mala comunicación”, analiza Petithomme.
Aún así, por ahora, las encuestas sobre intenciones de voto dan al candidato de derecha François Fillon, y a la líder de extrema derecha Marine Le Pen, como primeros en la primera vuelta de las presidenciales el 23 de abril próximo. Quedan un poco menos de cinco meses por delante.
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