Saltar al contenido principal
Francia hoy

La ayuda de los franceses a los refugiados

Primera modificación:

Impactados por las imágenes de migrantes que arriesgan sus vidas cruzando el Mediterráneo y luego sobreviven en durísimas condiciones en Europa, muchos franceses han decidido involucrarse para ayudarlos. Algunos llegando hasta desafiar la ley.

El agricultor Cédric Herrou fue juzgado por haber ayudado a migrantes en la frontera franco-italiana.
El agricultor Cédric Herrou fue juzgado por haber ayudado a migrantes en la frontera franco-italiana. AFP
Anuncios

La vida de Noor Ullah, afgano de 31 años, cambió rotundamente. En pocas semanas, pasó de las veredas mojadas donde dormía con muchos otros migrantes cerca de una estación de metro parisina, a ocupar ahora una pieza casi inmaculada, con una cama doble y un baño privado, en el último piso de una mansión en pleno París.

"Cuando dormía en la calle, era muy difícil. Hace frío, llueve, son demasiados problemas... Cada noche venía la policía porque demasiada gente estaba durmiendo allí, había peleas", cuenta Noor Ullah.

Por problemas de tierra que derivaron en la muerte de su padre y de su tío y luego por las amenazas de los talibanes, Noor Ullah dejó Afganistán hace ya diez años. Una década en las rutas hacia Europa: días y días caminando o atravesando en auto Irán, Turquía; en barco hacia Grecia; tres veces expulsado desde Italia. Escondido en un camión refrigerado, llegó a Inglaterra donde trabajó cinco años. Pero allí no le dieron el asilo.

Finalmente vino a Francia, donde obtuvo el estatuto de refugiado. Desde hace algunos días, Anne, Stanislas y sus tres hijos lo albergan en su casa, en el marco del programa Welcome, Bienvenido, del Servicio Jesuita para los Refugiados. Raphaël y Florence, padres de cinco hijos, recibieron por su parte en su casa a Lena, ucraniana de 31 años.

En Francia, el Estado tiene como obligación albergar a los solicitantes de asilo mientras se tramita su pedido de protección, algo que demora muchas veces más de un año. Pero los centros de acogida correspondientes están saturados. Muchos sobreviven entonces en parques, campamentos improvisados o viviendas precarias en el mejor de los casos.

Ante esta situación, varias organizaciones proponen a particulares ayudar a los refugiados albergándoles en sus casas. En junio de 2015, la asociación Singa lanzó incluso una plataforma web llamada "Como en casa" para poner en contacto a refugiados y personas dispuestas a darles un techo.

El Servicio Jesuita para los Refugiados propone a los solicitantes de asilo pasar entre cuatro y seis semanas en las familias de acogida. Pueden beneficiar del programa hasta durante nueve meses, sin que haya ningún intercambio pecuniario. La ONG examina el perfil tanto del refugiado como de la familia y ambos firman un contrato de convivencia.

Una experiencia que también beneficia a quienes reciben en su casa. Desde 2015, Anne y Stanislas, ambos ejecutivos en grandes empresas francesas, han albergado a tres afganos: Ali, Ahman y ahora Noor Ullah. "Siempre es una ocasión para abrirnos y sentir, conocer -no como con una revista sino concretamente- una realidad", subraya Stanislas.

Las iniciativas asociativas para ayudar y acompañar a los migrantes son numerosas. Mientras algunos franceses les abren las puertas de sus casas, otros dedican varias horas a la semana a enseñarles francés, proponen talleres de teatro o de música o los acompañan al cine o al museo.

Para la ONG France Terre d'Asile, especializada en la ayuda a los migrantes y refugiados, todos estos voluntarios son bienvenidos pero no deben sustituirse al Estado.

¿Hasta dónde puede ir esta ayuda a los migrantes? El debate ha surgido en Francia también porque varios habitantes del valle de la Roya, una zona montañosa fronteriza con Italia, fueron llevados ante la Justicia por dar asistencia y transportar a migrantes clandestinos. Responsables políticos de la región y la Fiscalía los acusaban de facilitar la estadía irregular de extranjeros en el territorio francés. Hasta el momento, sólo han recibido multas.

Según la jurisprudencia, la regla es la siguiente: la ley no castiga a quienes, sin fines de lucro, albergan o entregan alimentos o ayuda médica a un extranjero en situación irregular. En cambio, sí está prohibido facilitar la entrada ilegal en el territorio francés.

Entrevistados: Noor Ullah, refugiado afgano, Anne y Stanislas de Guigné, familia de acogida para refugiados, Raphaël y Florence Debionne, familia de acogida para refugiados, Marcela Villalobos Cid, coordinadora del departamento hospitalidad del Servicio Jesuita para los Refugiados en Francia, y Laetitia Sorlat, directora de un centro de acogida temporal para menores extranjeros aislados en París, centro gestionado por la ONG France Terre d'Asile.

Boletín de noticiasNoticias internacionales esenciales todas las mañanas

Siga toda la actualidad internacional descargando la aplicación RFI

Ver los episodios restantes
Página no encontrada

El contenido que solicitó no existe o ya no está disponible.