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Elecciones en Francia

Las estrategias de Emmanuel Macron y Marine Le Pen para ganar el balotaje

La dirigente ultraderechista trata de desmarcarse de su familia política y acusa a su rival de ser el candidato de la mundialización ultraliberal para seducir a la izquierda que votó a Mélenchon. Macron hace campaña en tierras de la Francia postergada.

Afiches de Marine Le Pen y Emmanuel Macron.
Afiches de Marine Le Pen y Emmanuel Macron.
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Emmanuel Macron, de 39 años, es el gran favorito para convertirse el próximo 7 de mayo en el presidente más joven de Francia, después de haber encabezado la primera ronda el domingo con el 24,01% de los votos, delante de la líder del Frente Nacional (FN) que obtuvo el 21,30%, según resultados definitivos.

Ahora, y durante dos semanas, los candidatos salen a la pesca del voto de quienes optaron en la primera vuelta por los otros candidatos.

Macron se ha presentado como un “outsider” de la política, pero esta imagen de antisistema choca con la realidad de que este ex banquero del banco Rothschild es apoyado por la élite intelectual y empresarial, así como por los principales tenores de los partidos tradicionales, socialista y conservador, que hasta hoy se turnaban en el poder.

Por ello, en estos días visitará aquéllos lugares que dejó de lado en las semanas anteriores, sobre todo sitios de esa Francia de los postergados que votaron por Marine Le Pen o Mélenchon. En este sentido, Macron anticipó que iría a ver a los obreros de Whirlpool en Amiens, donde la empresa está amenazada de cierre.

El equipo de Macron hizo saber que concentraría sus fuerzas en temas como la economía, los valores y Europa. Además, emprendió el lunes un proceso de "negociaciones políticas" para conseguir una mayoría parlamentaria en las legislativas de junio, indispensable para poder gobernar y aplicar su programa.

Por su parte, Marine Le Pen quiere desmentir a las encuestas –que en la primera vuelta acertaron con sus pronósticos- y asegura que ganará el balotaje.

Su primera medida en esta nueva fase de la campaña fue este lunes tomarse una licencia de la presidencia del Frente Nacional para “unir” a los franceses en torno de su proyecto presidencial.

La candidata busca así hacer olvidar unos días al menos la reputación aún sulfurosa de su formación para atraer nuevos votantes.

Sus argumentos consisten en presentar a Macron como un ultraliberal al servicio de una mundialización salvaje. Este mensaje se dirige sobre todo a quienes votaron a Jean-Luc Mélenchon, quien aún no ha dado una consigna de voto.

Ambas estrategias quedarán de manifiesto el próximo 3 de mayo, cuando los dos candidatos en liza para el Elíseo se enfrenten en un debate televisivo.
 

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